Recibir el diagnóstico de cáncer de mama es un conjunto de sensaciones que afectan directamente a la paciente. Dentro de este universo de cosas por resolver, cómo continuar con la vida íntima no es un tema menor, ya que no sólo tiene que ver con cuestiones orgánicas que se verán afectadas por la medicación y los tratamientos, sino también con los cambios físicos que puedan devenir y las emociones asociadas a ellos.
"Las pacientes de cáncer de mama pueden retomar la actividad sexual durante el proceso de curación o después de esa experiencia", aseguran las doctoras Klara Senior y Sofía Herrera, expertas en salud íntima y sexual femenina.
“Al ser diagnosticada con cáncer de mama, la vida sexual queda en un segundo plano, pasando por un torbellino de emociones, porque se entiende perfectamente que lo primero es cumplir el tratamiento médico”, explica la Dra. Senior, cofundadora de Zenzsual, speaker, médica antiage y especialista en sexualidad.
Por otro lado, las especialistas afirman que tratamientos como la quimioterapia pueden disminuir las concentraciones de estrógeno y causar insuficiencia ovárica primaria. “Esto quiere decir que los ovarios se duermen, no producen hormonas y no liberan óvulos. Como consecuencia, comienzan a sentirse las molestias de una menopausia adelantada. Esto interfiere en las relaciones sexuales y produce dolor, ardor e irritaciones”, indica la Dra. Herrera, ginecóloga, especialista en sexualidad y cocreadora de Zenzsual.
Otro factor que puede influir, apuntan, son los medicamentos: como los opioides contra el dolor intenso, o los usados para tratar la depresión, que pueden hacer disminuir o desaparecer el deseo sexual. Sin embargo, durante el proceso, los momentos de intimidad y la vida en pareja pueden convertirse en un aliciente para relajarse, conectarse y recuperar la energía.
Según las especialistas, estas son las seis claves para que el cáncer de mama interfiera lo menos posible en la vida sexual:
1-Tener una conversación sincera con el médico sobre los cambios sexuales que podrían experimentarse con el tratamiento. Es clave conocer la raíz del problema.
2-Hablar claramente sobre el sexo con la pareja, en un tono amigable y reflexivo, sin emitir juicios de valor o buscar culpables, sobre las medidas que pueden tomar juntos para mantenerse sexualmente conectados.
3-Procurar una mente abierta sobre las formas del placer sexual. Hay que aprovechar la oportunidad para aprender nuevas formas de dar y recibir.
4-Reforzar la autoestima. Si se pierde el cabello, puede optarse por una peluca, sombrero o pañuelo. Si uno de los senos fue extirpado, puede probarse con una prótesis externa. Lo importante es buscar la manera de sentirse mejor con una misma.
5-Utilizar diariamente un gel íntimo de calidad con alta concentración de ácido hialurónico, para facilitar las relaciones sexuales.
6-Emprender una rutina de ejercicios para los músculos pélvicos, con el objetivo de reducir el dolor, mejorar la función intestinal e incrementar el flujo de sangre en el área.
“En resumen, siempre hay opciones para hacer de la sexualidad un espacio de bienestar y placer, incluso en momentos de enfermedad. Lo normal es que haya días difíciles, en los cuales ni se hable del tema. Es muy importante no frustrarse en el primer intento y poner en práctica las opciones antes mencionadas, siempre con asesoría médica y conversando mucho con la pareja”, explicaron las expertas.