Cada 4 de febrero el mundo pone especial atención a una de las enfermedades más legendarias, investigadas y letales de la humanidad. Este domingo es el Día Mundial contra el Cáncer -una fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC)-, que tiene por objetivo aumentar la toma de conciencia en la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.
Para explicar mejor este contexto, la Dra. María Abril Acosta, oncóloga clínica de DIM CENTROS DE SALUD, comparte los últimos avances científicos relacionados con el diagnóstico y tratamiento del cáncer.
“En muchos centros de investigación del cáncer, se estudian las causas, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad. Los científicos cada vez entienden un poco mejor cómo los cambios en el ADN de una persona pueden provocar que las células normales se tornen cancerosas, lo cual puede conducir a mejores diagnósticos y tratamientos del cáncer. La inmunohistoquímica (técnicas complejas de estudio de las biopsias) y otras pruebas de laboratorio pueden ser muy útiles para este propósito”, apunta la especialista.
“A medida que los investigadores han logrado entender los cambios genéticos que causan estos tumores, se han podido utilizar nuevos tratamientos que tienen como blanco a estos cambios. Algunos de estos medicamentos más recientes son llamados terapias dirigidas. Estos tienen efectos más selectivos en comparación con la quimioterapia, siendo mejor tolerados y con menos tasas de efectos adversos. Los estudios recientes han descubierto que los cánceres que se originan en cada órgano no son todos los mismos. Éstos pueden presentar distintos cambios en sus moléculas más importantes y por este motivo responder de manera diferente a los tratamientos”, agrega la doctora.
Asimismo, los estudios clínicos de los nuevos tratamientos son una parte esencial si se desea lograr avances en este campo. En algunos de estos estudios se están probando nuevos medicamentos para quimioterapia, novedosas combinaciones de medicamentos y formas de administrarlos. Otros estudios se concentran en nuevos enfoques para el tratamiento, como la terapia biológica, la inmunoterapia y el tratamiento génico. “Los médicos alentamos siempre la participación en estos ensayos, considerándolo parte esencial de los avances en la oncología” afirma la profesional.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de cáncer?
El cáncer es un amplio grupo de enfermedades que comienzan en las células de casi cualquier lugar del cuerpo. Normalmente, las células crecen y se dividen para producir nuevas que son indispensables para mantenernos sanos. Algunas veces este proceso se descontrola: nuevas células se siguen formando cuando el cuerpo no las necesita y otras viejas no mueren cuando deberían hacerlo, formando una masa de tejido llamado tumor. Estos pueden ser benignos o malignos.
Los benignos no son cancerosos ya que las células de este tipo de tumores no se diseminan a otras partes del cuerpo, generalmente se pueden extirpar y en la mayoría de los casos no reaparecen.
Los tumores malignos son cancerosos, dado que sus células tienen anomalías, se dividen sin control, pueden invadir y destruir el tejido a su alrededor, entrar al torrente sanguíneo o al sistema linfático y diseminarse a otros órganos.
¿Cuáles son los tipos de cáncer más frecuentes?
Varios tipos de cáncer pueden prevenirse. Otros pueden detectarse tempranamente, lo que favorece las posibilidades de curación. Existen varios tipos de cáncer, entre ellos los más frecuentes en Argentina son el cáncer de mama, de cuello uterino, colorrectal, de próstata, de pulmón y de piel.
¿Cuáles son los factores de riesgo modificables más comunes?
Existen múltiples factores de riesgo, algunos de ellos no son modificables, como la edad, los antecedentes familiares o personales y las alteraciones genéticas predisponentes. Otros de ellos son modificables, por ejemplo, el sobrepeso, el sedentarismo, y consumo excesivo de alcohol, los cuales son factores que se pueden evitar para disminuir el riesgo de tener cáncer de mama y colon.
Se recomienda fuertemente consumir una dieta rica en fibras, especialmente vegetales y frutas, disminuir el consumo de carnes rojas y grasas de origen animal, ingerir productos ricos en calcio (lácteos), realizar ejercicio físico regularmente, evitar el sobrepeso, disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, evitar el tabaco y mantener los ambientes libres de humo, para prevenir el cáncer de pulmón y otros tipos.
El principal factor de riesgo para el cáncer de piel es la exposición solar, por lo que se debe evitar exponerse al sol entre las 10 y las 16 horas, cubrirse con ropas de colores claros y prendas holgadas, sombreros y anteojos de sol. Utilizar protector solar de más de 30 FPS (Factor de Protección Solar). Y proteger especialmente a los niños. Los bebés menores de 1 año deben evitar completamente la exposición.
Por último, la vacunación contra VPH previene la infección de los tipos virales que causan aproximadamente el 80% de los casos de cáncer de cuello de útero. La vacuna es gratuita y obligatoria para los niños y las niñas de 11 años.
¿Qué hacemos ante un diagnóstico de cáncer?
Ante un resultado con una imagen sospechosa de cáncer o un examen físico que detecte una lesión visible y/o palpable, se deberá realizar una biopsia para definir el tratamiento. La biopsia consiste en la extracción de células y tejidos que un médico patólogo observa en un microscopio para verificar si hay signos de cáncer. Ante un diagnóstico confirmado de cáncer, se realizan estudios adicionales para evaluar su extensión y decidir el mejor tratamiento. Ante un diagnóstico de cáncer, siempre hay algo por hacer.
La prevención es fundamental
Se recomienda que todas las mujeres de 50 a 69 años se realicen al menos una mamografía cada dos años junto a un examen físico de las mamas por parte de un profesional de la salud.
También se recomienda la realización de un Papanicolau y colposcopia a todas las mujeres a partir de los 25 años. Si durante 2 años seguidos el PAP da negativo, se puede espaciar a 3 años. El riesgo de desarrollar cáncer de cuello de útero aumenta con la edad y es mayor en las mujeres de más de 50 años, por eso es importante que las mujeres después de la menopausia se realicen este estudio.
Todas las personas de 50 a 75 años, aunque no tengan síntomas, deben efectuar chequeos regulares para detectar y extirpar los adenomas o detectar y tratar el cáncer colorrectal en una etapa temprana.
En caso de tener antecedentes familiares o personales de cáncer de colon o pólipos, debe consultarse a un médico especialista si es necesaria la realización de exámenes a más temprana edad.
Los exámenes que pueden realizarse son:
- El test de sangre oculta en materia fecal inmunoquímico (tsomfi). Se utiliza para saber si hay presencia de sangre en la materia fecal, no observable a simple vista. Una ventaja de este examen es su simpleza y que puede ser realizado por la persona en su propia casa.
- La colonoscopía. Es un estudio que utiliza un tubo flexible con una cámara para examinar minuciosamente el colon y el recto. Posibilita la detección y extirpación de pólipos previniendo el cáncer colorrectal.
Los exámenes para detectar el cáncer de próstata en estadios tempranos consisten en la realización de un análisis de sangre para medir el Antígeno Prostático Específico (PSA) y en un examen digital a través del recto.
Con un diagnóstico concreto ¿cómo pueden acompañar los cuidadores?
En estas situaciones, resulta fundamental sostener una relación de confianza entre el paciente y sus familiares y amigos. Es importante la comunicación para un buen acompañamiento. Estas situaciones pueden ser muy valiosas para el aprendizaje y el crecimiento personal mutuo. Cuando un paciente recibe un diagnóstico de cáncer, modifica radical y negativamente su vida. Puede experimentar en un primer momento rechazo e incredulidad, o aturdimiento.
El acompañamiento de sus seres queridos va a permitir que la persona enferma se sienta cuidada, facilite la exteriorización de sus sentimientos y su desahogo, que mejore su autoestima y su bienestar, evitando la soledad para compartir lo que le está pasando con otros. La información adecuada le permitirá anticipar las circunstancias que se van a atravesar y tomar decisiones.
Al iniciar un tratamiento, se pueden manifestar altos niveles de ansiedad y temor ante lo nuevo y los posibles cambios físicos, efectos secundarios, reorganización de la vida cotidiana y los planes vitales.
Con el valioso asesoramiento de la Dra. María Abril Acosta, oncóloga clínica de DIM CENTROS DE SALUD (MN 165323 // MP 339640)
Fuentes: Instituto Nacional del Cáncer / Guía de cuidados paliativos del INC, American Cáncer Society.
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