El lema del Día Mundial de la Diabetes 2021 es "acceso al cuidado de la diabetes: si no ahora, ¿cuándo?", que se eligió porque cien años después del descubrimiento de la insulina, todavía hay millones de personas que sufren de esta patología en todo el mundo que no tienen acceso a la atención que necesitan.
A nivel local, se estima que 1 de cada 10 argentinos -mayores de 18 años- la padece y dado que, por varios años permanece sin síntomas, aproximadamente 4 de cada 10 personas desconocen su condición (40%).
La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica caracterizada por niveles de azúcar (glucosa) en sangre elevados.
Todos los tipos de diabetes pueden provocar complicaciones en diversas partes del organismo e incrementar el riesgo de muerte prematura. Además, provocan el aumento de factores de riesgo conexos, como el sobrepeso o incluso la obesidad.
Gran parte de los casos y sus complicaciones podrían prevenirse manteniendo una dieta saludable, una actividad física regular y un peso corporal normal, y evitando el consumo de tabaco.
“Para entender cómo afecta cada una a nuestro cuerpo, debemos saber que nuestras células obtienen energía a partir de la glucosa. Pero para que pueda ingresar a ellas es necesaria la insulina, que es una hormona producida por el páncreas que regula los niveles de glucosa en sangre (glucemia)”, explica Stefanía Savoia, Licenciada en Nutrición (MN 10670), miembro del Departamento de Nutrición de New Garden.
La Diabetes tipo 1 generalmente aparece antes de los 30 años de edad o puede desencadenarse a partir de una Diabetes tipo 2 mal controlada. En este caso, el páncreas no produce insulina, o su producción es insuficiente, por lo que nuestro cuerpo no capta la glucosa que circula en sangre y no puede ser utilizada correctamente.
En la Diabetes tipo 2, que es la más frecuente, el organismo no es capaz de utilizar la insulina producida por el páncreas de manera eficiente. De esta forma, la glucosa permanece también circulante en sangre, generando hiperglucemia.
Por qué una dieta saludable es un factor esencial frente a la diabetes
El diagnóstico temprano permite prevenir a corto y largo plazo las complicaciones que puede generar: enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal, enfermedades degenerativas como la ceguera, infecciones, etcétera.
“Para la prevención y tratamiento de la Diabetes es de vital importancia una alimentación saludable, variada y natural, con porciones adecuadas, libre de azúcar, alimentos refinados o ultra procesados”, explica la Lic. Savoia.
Una dieta equilibrada se basa en aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra -como frutas, verduras, granos integrales, semillas y legumbres- y disminuir o evitar el consumo de cereales refinados, azúcares, golosinas o bebidas azucaradas.
También se recomienda evitar aquellos productos con alto valor en grasas saturadas y en sodio, y reducir al mínimo el consumo de bebidas alcohólicas.
Además, es muy beneficiosa la incorporación de alimentos ricos en ácidos grasos saludables, como los aportados por las semillas, las frutas secas y los aceites en crudo, como el de oliva, lino o chía, ya que son grandes aliados para proteger nuestro sistema cardiovascular.
La organización y planificación de las comidas es clave. Es muy útil confeccionar un menú semanal para poder anticiparse y poder ser conscientes de nuestra alimentación diaria.
También es importante realizar las compras de alimentos con anticipación, priorizando alimentos frescos y evitando los alimentos ultra procesados para, de esta manera, tener disponibles los que se consumirán en los próximos días.
Hábitos que hacen la diferencia
Además de una dieta adecuada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda algunos cambios de hábitos simples:
- Realizar al menos 30 minutos de algún tipo de actividad física diaria. El ejercicio aumenta la captación de azúcar en nuestros tejidos ya que mejora la sensibilidad a la insulina, hormona encargada de transportar la glucosa a nuestros órganos.
- Conseguir y mantener un peso corporal saludable.
- Evitar el consumo de tabaco, ya que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Realizar el control regular de la glucemia y de la tensión arterial para poder prevenir las complicaciones derivadas de los niveles aumentados de azúcar en sangre.
- Controles periódicos y cuidados podológicos adecuados. Un desfasaje de la insulina puede producir tanto una disminución del flujo sanguíneo como una afectación de los nervios de las piernas y pies. Cualquier lastimadura, herida o grieta producida en los miembros inferiores puede pasar inadvertida ya que no podemos sentir dolor y demoran mucho más tiempo en curarse, lo que puede desencadenar una infección difícil de controlar.