Según diferentes estudios, las personas que deciden vivir sin parejas son cada vez más en todo el mundo. Sin embargo, hasta los pasillos de los supermercados españoles se han convertido en lugares propicios para “matchear” en forma presencial. El psicoanalista y escritor Jeremías Aisenberg reflexiona sobre el amor y busca una definición “aggiornada” en tiempos de fuertes individualidades y egocentrismos.
Los datos son contundentes. Según diferentes estudios, las personas que deciden vivir sin parejas son cada vez más en todo el mundo y, en nuestro país, los solteros superan a los casados. Sin embargo, en las apps de citas, la mayoría de los hombres y mujeres dice estar buscando una relación o enamorarse.
¿Hay contradicción en esto? ¿El amor se ha vuelto una mercancía como los que se adquieren en la góndola de un súper? ¿El amor real está vencido, pasado de moda?
Para el psicólogo Jeremías Aisenberg (M.N: 41347) y autor del libro La gira “pareciera que en la actualidad no hace falta del otro para enamorarse”.
“Las personas se enamoran de alguien, y no con alguien, por eso resulta curioso que alguien tenga que separarse de otro”, cuestiona, y considera que “lo mejor que podemos ofrecer es una posición amorosa que permita que algo se construya”.
Claramente, han surgido nuevas prácticas en la sociedad que cambian el orden de las prioridades. ONU Mujeres, una organización que fomenta la igualdad de género, hizo un informe en el que explicó que cada vez hay más mujeres mayores de 45 años que no se casaron nunca.
Para el profesional, hay un crecimiento del individualismo. Esto hace que haya mucha gente que prefiera centrarse en sí misma, en sus profesiones y necesidades y no tanto en compartir su tiempo con otro.
¿Qué es la agamia?
Es la nueva tendencia al alza en el mundo. ‘Agamia’ proviene del griego, ‘a’ (“no” o “sin”) y ‘gamos’ (“unión íntima” o “matrimonio”) y se basa en la falta de interés que tiene un individuo por formar una relación amorosa/romántica con otra persona.
Este grupo cuestiona la noción que indica que solo es posible relacionarse a través del amor romántico y de la pareja. La agamia se opone al sistema monógamo heteronormativo y sostiene que la pareja es una estructura innecesaria
Tradicionalmente, se veía como una obligación estar casado con una persona del sexo opuesto y formar una familia. Hoy en día, los tipos de vínculos afectivos tienden a priorizar la libertad individual.
En este contexto, surge el concepto de agamia, una propuesta revolucionaria que desafía las convenciones tradicionales y abre camino a una nueva forma de relacionarse que se caracteriza por la ausencia de lo que se conoce como gamos, una unión entre dos personas que tiene al matrimonio como punto de referencia.
No obstante, para Aisenberg, “el amor es algo que nunca pasará de moda”. “El amor es un masculino que pregunta por la mujer, es el dilema mas debatido en una mesa de café, el tema con mayor número de reproducciones en las nuevas plataformas, el único interrogante que mantiene despierto al mundo”, dice, y esboza algunas definiciones: “el amor jamás puede ser rutina, ni búsqueda de control”.
“El amor escucha más de lo que habla, no usa artillería delicada con tal de tener razón. Lo único que impide el amor es el miedo”, concluye el licenciado.
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