En unos pocos días estaremos festejando el Día de San Valentín. L´amour, l’amour!... ¿Cómo nos vibra hoy esa palabra en cada ser humano? Creo que cada individuo del planeta vive el amor de una manera única, y va evolucionando a medida que va creciendo su concepción sobre el sentimiento más valorado y bello de la vida. Una frase que se me viene a la cabeza luego de su tan aclamada película "Orgullo y Prejuicio", es la de Jane Austen: "La Felicidad en el matrimonio es una cuestión de pura suerte"... ¿Será?
De este tema nos habla Ana Moreno, licenciada en Psicología, y hace hincapié sobre el amor a los 45 años." ¿Nos podemos enamorar después de los 45?", es el primer planteo que nos hace esta profesional. "La realidad es que las respuestas son tan variadas como personas existen, pero si tengo que contestar de manera general, la respuesta es un gran y contundente sí."
-¿Qué pasa con las mujeres cuando se separan con más de 40 años?
-Por supuesto que va a depender de la historia de cada una, del tipo de relación en la que estaba, del vínculo que quede con su ex, de la estructura de personalidad que tenga, de su autoestima, de su situación laboral/profesional y de si tiene o no hijos, entre muchas otras variables.
Por qué los 45 es una edad clave
"Cuando me sugirieron hablar de este tema, me llamó la atención la edad de la que hablamos. Es una edad muy particular en la mujer, una edad de bastante cambio por diversas razones; algunas ya están entrando en la menopausia o perimenopausia, mientras que otras no están ni cerca de esas peripecias y lo que conlleva. Es una edad en la que quienes tienen hijos, ya no son bebitos (en general), para algunas ya son hijos adolescentes o incluso jóvenes, mientras que para otras están aún en primaria", comenta.
Y agrega: "A nivel profesional, muchas mujeres están bien plantadas y seguras, mientras que otras se encuentran en crisis pensando o investigando nuevos horizontes que las identifiquen más con esta etapa de sus vidas. Algunas vienen de parejas de más de 20 años que crecieron y se forjaron juntos haciendo frente a los avatares de la adolescencia y de la juventud, del ser adulto en este mundo, mientras que otras vienen de parejas conformadas y que transcurrieron en la adultez".
"Están quienes lograron una autoestima fuerte y sana que les permite pensarse solas o acompañadas, sin dudar en que pueden seguir adelante y conseguir lo que desean, y otras tienen su autoestima golpeada, lábil, y con tantas dudas sobre sí mismas, que tienden a paralizarse y sentir que el mundo se les acaba y que no pueden solas, o a salir desesperadamente en busca de aquello que las haga sentirse valiosas. Como digo, es una edad en la que la mujer deja de ser una joven y se encuentra siendo una mujer adulta, con cuotas muy marcadas de la juventud, pero también características de la adultez hecha y derecha", señala Moreno.
"En mi consultorio, he visto grandes historias de amor después de esta edad. Hay mujeres que salen de vínculos que se conformaron en la adolescencia, y que a medida que pasan los años, como todo el mundo, van creciendo y muchas veces los caminos con su pareja se van separando, diferenciando, pero continúan porque se conocen desde siempre, porque crecieron juntos y se quieren, pero ya no están enamorados, es decir ya no se aman como pareja, sino más bien como amigos", afirma la profesional.
"En esos casos, lo que he visto es que se separan sanamente, con respeto y cuidado, y en general vuelven a formar pareja y enamorarse con pasión, pero también con otra madurez que les permite saber qué quieren y qué no, desde un lugar de autoconocimiento", nos asegura.
Ana continua diciendo: “Desafortunadamente, también están los casos opuestos, en los que no logran cortar ese vínculo donde la separación se siente como traición, incluso cuando no hay terceros de por medio, en esos casos, alguno de los miembros de la pareja queda enojado o dolido y tiende a dificultar las cosas.”
La posibilidad de una relación cama afuera
La experta también nos advierte que “hay adultos que se vuelven a enamorar, pero prefieren una relación de cama afuera, cada uno en su casa, con sus tiempos y sus espacios. Ni hablar si hay hijos de por medio; el impacto de ellos, cuando hay una separación es fuerte, y el modo en que la pareja que se separa resuelve el vínculo, va a hacer una diferencia sustancial en la posibilidad de generar o no una nueva pareja".
Explica que: "Lamentablemente, muchas veces se pierde de vista el cuidado de los hijos en estas situaciones y quedan en el medio de disputas y negociaciones, perdiendo el lugar de hijos, de seres emocionales, pensantes y sensibles, y pasan a ser armas para dañar al otro o para manipularlo o controlarlo".
“Existen otras situaciones en las que la separación fue buena y nada de lo antedicho sucede; la mujer tiene deseos de formar una nueva pareja, pero la nueva pareja no acepta a sus hijos, esto es en general un “deal breaker” bastante habitual. También están aquellas que hasta esta edad no encontraron aún esa relación que les sume y les de todo lo que se merecen, y de pronto, aparece esa persona que las hace felices y arman un vínculo repleto de amor y respeto", asegura.
El tiempo para rearmar una pareja varía mucho, es clave hacer el duelo correspondiente y procesar el fin de una relación, pero hay quienes se zambullen en una nueva relación al poco tiempo de separarse, y quienes se toman años antes de volver a intentarlo, nos comenta Moreno. Y aclara que también existen "quienes fueron maltratadas, violentadas física y/o psicológicamente, esos casos suelen ser más difíciles y requieren de cuidado y tiempo para sanar".
Y por último, nos advierte: "¡Y por supuesto, están quienes después de años de pareja, eligen estar solas y felices, dedicando su tiempo y amor a sí mismas! Como se ve, el abanico de posibilidades es muy amplio y variado, pero lo que es seguro es que si uno está bien con uno mismo, se quiere, se respeta, sabe cuáles son sus falencias y sus virtudes, puede elegir desde el deseo y no desde la necesidad. El otro no viene a completarnos, viene a sumarnos. No buscamos la media naranja, somos la naranja entera y de última, sumamos otra fruta que le dé aún más sabor a la vida".
Asesoró la Licenciada en Psicología Ana Moreno de la Fuente. MN 29423; Magister en clínica cognitiva; Especialista en Terapia de pareja.
Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos: