Este mes nos invita a reflexionar y tomar conciencia sobre la importancia de cuidar nuestra salud y profundizar la conexión con nuestros cuerpos. Es un llamado a mirar hacia adentro, a reconectar con el amor propio y atendernos con la misma dedicación con la que cuidamos a los demás.
A menudo, nos dejamos llevar por el ritmo de la vida cotidiana, viviendo desde la mente y desconectándonos del cuerpo, postergando nuestras necesidades hasta que el cuerpo finalmente nos habla a través del dolor o la incomodidad. Este cuerpo, que constantemente pulsa con vida, nos pide ser escuchado.
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Si nos acorazamos o cerramos, ese pulso se debilita; el sistema nervioso se colapsa, y el cuerpo comienza a contraerse. Esta contracción se manifiesta cuando hay emociones que nos cuesta expresar o sentir, cuando enfrentamos situaciones que nos dejan sin aliento y nuestro cuerpo se rigidiza.

Así, el pecho se cierra y se convierte en una armadura, dejándonos inmóviles. En esa coraza se esconden la vergüenza, el dolor, el desmerecimiento, la soledad, el abandono y tantos otros sucesos más.
"El corazón es nuestro centro de resonancia"
El corazón es nuestro centro de resonancia, el lugar desde donde nace nuestra verdadera conexión. Si este centro está bloqueado, es como si el flujo del amor y la vida no pudiera circular libremente. Para liberar ese flujo, necesitamos aprender a rendirnos, a sentir profundamente desde el corazón y permitirnos estar presentes en nuestro cuerpo.
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El corazón es un alquimista que transforma el dolor en amor. El dolor es parte del proceso de transformación, y abrir el corazón implica sentirlo y transmutarlo a través de la alquimia del amor. Respirar y asociar emociones agradables en el corazón nos ayuda a reducir el estrés y a equilibrar los niveles de cortisol. Observá si tu camino tiene corazón o proviene de la cabeza. Relajá el corazón y observá cómo la vida entra, se cuela, encontrando un espacio en él.

En este sentido, los senos, para la mujer, son el centro desde donde emite su energía, donde sale al mundo y desde donde nutre. Conectar desde allí es realmente como ser abrazada a nivel del alma. Es un espacio donde se manifiestan cualidades como la belleza, la confianza y la autoestima. Sin embargo, muchas veces, de tanto nutrir a otros, la mujer se desnutre a sí misma.
Nuestros senos comparten un espacio central con el corazón, donde nos conectamos con nuestra verdadera esencia. Sostener los senos es concentrar la atención en la belleza de una misma, en la relajación de su ser. Y eso es súper nutritivo. Sostener los senos es un acto de profundo amor propio, una invitación a relajarse sin expectativas ni presiones externas.
Cuando la mujer abre sus senos y su corazón, su energía fluye por todo su cuerpo; se siente vital, femenina, disponible, plena.
¿Cuál es la energía que alimenta tu vida? ¿Qué tiempo te dedicas a vos misma? Ejercicios para conectar los senos con el corazón
Observá que, con ciertas situaciones, tu cuerpo se tensa. Ahí es donde podés observar y relajar, moverte, aunque cueste; dale calor a tu cuerpo para que se vaya abriendo, suavizando y entrando en él.
Te propongo un ejercicio sencillo para conectar con tus senos y tu corazón. Comenzá colocando tus manos sobre el pecho, como si estuvieras sosteniendo simbólicamente tu corazón. Respirá profundamente y exhalá con un gran suspiro, liberando tensiones y corazas. Hacé esto por varias respiraciones, sintiendo cómo tu corazón se abre y libera sus cargas. Luego, con una sonrisa suave, dibujá una sonrisa en tu pecho, colocando tus manos juntas y honrando este espacio sagrado.

Una vez que hayas conectado con tu corazón, podés continuar con una meditación de senos. Recostate cómodamente, con un almohadón bajo tus rodillas para relajar las piernas y otro sosteniendo suavemente tu cuello. Cerrá los ojos y relajate, llevando tu atención a tus senos y pezones mientras respirás conscientemente.
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Después de unos minutos, sostené tus senos en tus manos, uno en cada mano, suavemente, sin presionar. Sentí cómo se relajan en tus manos y cómo vos también te relajás con ellos. Permitite estar presente en este momento, disfrutando del contacto sin expectativas. Si necesitás mayor comodidad, podés apoyar tus codos sobre almohadas para mayor soporte. Este es un acto delicado y sutil, una expresión de amor y presencia hacia vos misma.
Te comparto un sutra muy antiguo del Vignana Bhairava Tantra: “Sentí las hermosas cualidades de la creatividad impregnando tus pechos y asumiendo configuraciones delicadas”.
Por Valeria Collado. Terapeuta transpersonal, Tantra y Sexualidad para la mujer. www.valeriacollado.com. Instagram: @valeriacolladotantra
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