Luego de la MET Gala, que se llevó a cabo este lunes 6 de mayo en Nueva York, las redes sociales se llenaron de comentarios al respecto del look que eligió Kim Kardashian. Ella llevó un corset que ajustaba tanto su cintura que la hacía mínima. ¿Cuáles son las consecuencias de llevar un look tan extremo?
La imagen de Kim Kardashian encorsetada en un vestido que la apretaba tanto que parecía dejarla sin aire, al borde del desmayo, originó una oleada de críticas y mucha polémica en las redes sociales.
"Ver a estas referentes y estos discursos, como el de Kim Kardashian, claramente tiene un impacto en las personas a nivel general pero, sobre todo, en los jóvenes, que suelen imitar distintas prácticas o distintos looks", explicó Candela Yatche, fundadora de "Bellamente", una organización sin fines de lucro que concientiza sobre la diversidad corporal; y también autora del libro "Bellamente".
Mara Fernández, psicóloga, especialista en TCA y trastornos de la imagen corporal (M.N 36031), agregó: "Su figura muestra un cuerpo inalcanzable, un sufrimiento extremo para poder conseguir esas medidas. Lo que importa es entrar en determinada prenda, no que la prenda se ajuste al cuerpo. Fomenta estos ideales que pueden llegar a enfermar gravemente a quienes se comparen con ella y quieran alcanzar ese cuerpo ideal".
"Se dice que no se puede opinar de los cuerpos ajenos y eso es cierto, pero es necesario (y más en esta época) hablar del cuerpo en relación a la imagen que se envía, a lo que hay debajo en cada presentación, publicación o, como en este caso, una Met Gala", afirmó el psicólogo Sebastián Saravia (M.P 84749).
"El filósofo francés Roland Barthes dijo que 'no tenemos un cuerpo, tenemos muchos', y esto en relación a que nuestro cuerpo pasa por varios estados en la vida, pero sobre todo a que es el cuerpo del otro con el que nos relacionamos y de alguna manera también nos forma", detalló Saravia.
Cómo afecta la imagen de Kim Kardashian a los más jóvenes
No es la primera vez que Kim Kardashian llama la atención con sus looks en la MET Gala. Recordemos en 2022, cuando usó un vestido de Marilyn Monroe y dijo que tuvo que bajar 10 kilos para entrar en el icónico diseño. En 2019, ella misma aseguró que tuvo que tomar clases de ejercicios respiratorios para poder lucir un corset de Thierry Mugler, que le impedía tener libertad de movimiento. Datos no menores si tenemos en cuenta que es una gran influencia.
Cada posteo, cada cosa que ella consume, se convierte en objeto de deseo para los jóvenes que la siguen, por algo la denominan influencer=influencia. "Su imagen es un bala que se te incrusta en el cerebro, no necesariamente por lo negativo, sino por lo certero y poderoso. Ella no pasa desapercibida. Sus más de 300M de seguidores en Instagram son prueba de ello. Pero lo que se vio el otro día en el evento del año para la industria de la moda fue preocupante: el culto a la delgadez en su máxima expresión. Una cintura imposible para ese cuerpo", determinó Saravia.
"El problema está en las proporciones, el descenso de una para la exhibición de las otras. Una cintura casi inexistente para eso que casi no se ve, se pueda aplaudir. Algo así como disfrutar lo que no está, lo invisibilizado. Que resalte eso que se oculta, para seguirlo (si miramos más abajo en la imagen) de lo que en contraste son piernas más exuberantes", continuó el especialista.
"La moda ha sido siempre un lugar donde se encuentran las personalidades más influyentes del mundo para imponer tendencias, expresarse y ser disruptivos. Lógicamente, es una imagen distorsionada y que no se ajusta a la realidad, por lo que querer imitarla puede generar consecuencias nocivas en el propio cuerpo", subrayó el psicólogo Sebastián Ibarzabal (MN 42.413).
"Sin lugar a duda, mostrar estándares de belleza inalcanzables, la pérdida de peso para un determinado evento o imágenes donde la silueta de una persona está muy ajustada, pueden disparar en los jóvenes distintas cuestiones con respecto a su salud mental", recalcó Yatche.
"Puede repercutir en cómo se perciben, puede fomentar la distorsión de la imagen corporal, donde perciben su cuerpo de una manera más grande o más chica de lo que realmente es, puede generar inseguridades nuevas con distintas partes del cuerpo que quizás antes no tenían", continuó la fundadora de "Bellamente".
"Lo peligroso de todo esto es que, con la gran influencia que tiene Kim Kardashian en el público adolescente, es una personalidad tan obsesiva y preocupada por la talla y siempre termina hablando de su cuerpo y de su peso", enfatizó Fernández.
"Muestra una familia esclavizada por su propia corporalidad. Este cuerpo que demuestra o que quiere lucir no representa una realidad. Una persona real puede tener un poco de panza, puede tener unos kilitos de más, puede tener otro tipo de distribución corporal, que no es la que ella quiere representar", explicó la licenciada y experta en TCA.
"Los jóvenes en general pasan por un momento de la vida en donde tienen muchos cambios corporales, entonces se están encontrando con ese cuerpo y de repente querer modificarlo es como un momento donde tienen que someterse a prácticas poco saludables para poder alcanzar esos objetivos que sabemos que pueden desencadenar después en efectos negativos como trastornos alimentarios, ansiedad, depresión", expresó Yatche.
"Lo complejo de esta imagen es que la representa la misma persona que años atrás se sometió a cirugías para ser más exuberante, modo tenedencia de ese momento. Alguien que ha sabido moverse en la moda 'curvy'. Siguió con sus bronceados, luego con la tez más pálida, y ahora reduciéndose partes de su cuerpo, realizando una 'Oda de la delgadez'. Tenemos un problema un puerta", afirmó Saravia.
"Es un problema de todos, también, porque es una imagen que ella busca imponer y muchos buscarán copiar. Generando imposiciones de qué hacer para tener esa imagen o como llegar a tener ese cuerpo", aseveró el psicólogo.
Dismorfia corporal, una palabra que las jóvenes aman usar, pero es para preocuparse
"La dismorfia corporal es un trastorno mental que lleva a las personas a estar excesivamente pendientes de su cuerpo y de sus defectos, por lo general, hasta en pequeños detalles y que en muchas oportunidades los lleva a buscar la perfección del mismo", explicó Ibarzabal.
"Si algo caracteriza esta patología es la preocupación obsesiva de la persona por creer que los demás se detienen en sus 'imperfecciones' y buscan constantemente cambiarlas. Hablamos de personas que pasan más de 8 horas al día buscando imperfecciones y tratarlas, ocultarlas o haciéndose estudios para operarse y modificarlas", detalló Saravia.
"Es una alteración que busca la perfección. Quien la sufre no puede dejar de pensar en cómo modificar ese defecto percibido en la apariencia. Un defecto que parece menor o que no puede ser visto por los demás, pero para la persona que lo padece es demasiado. Las personas que tienen dismorfia pasan mucho tiempo concentradas en la percepción de sus defectos y buscando la mejor manera de ocultarlos", determinó Fernández.
A su vez, la experta en TCA declaró que el mayor problema ocurre cuando estos pensamientos negativos son persistentes, recurrentes, intrusivos, que interfieren en la calidad de vida y en la capacidad de llevar a cabo las actividades diarias.
"El mayor ingreso que estamos teniendo en los últimos años en los consultorios son pacientes jóvenes de hasta 35 años con un cuerpo dentro de los parámetros hegemónicos que no pueden percibir cómo es su cuerpo realmente y quieren dejar de pelear y criticárselo. Y esto ha aumentado más la ansiedad y la angustia con el uso de las redes sociales y los filtros, ya que nos presentan una ilusión óptica de cómo podríamos llegar a ser y la persona busca obsesivamente parecerse a ese filtro", subrayó la psicóloga.
"Este interés excesivo por la imagen propia no busca la perfección, sino que trata de compensar imperfecciones. Por eso no cesa. Porque una vez que se lidió con una y se está conforme con el resultado, aparece otra. O un comentario en redes sociales o medio de comunicación que la activa. No es disformia corporal si hay modificación y estar conforme y aumenta tu autoestima. Es cuando aún haciendo un tratamiento no estás conforme o se genera otra", agregó Saravia.
Cómo le afecta a Kim Kardashian estos estándares
Los únicos afectados en este lío no son los jóvenes porque Kim Kardashian también sufre. "En uno de los episodios de su serie 'Keeping Up with the Kardashians' (2007), Kim dice que los comentarios sobre su cuerpo le generan dismorfia corporal", explicó Saravia.
Además, los adolescentes quieren cumplir con los estándares de belleza, mientras que los famosos tienen que satisfacer cada uno de estos para ser las influencias perfectas. Nadie sale ganando.
"Podríamos decir que afecta en un sentido, que genera sufrimiento, pero en otro aspecto genera cierto placer. Y ese es el punto: Qué tanto dolor estoy dispuesta a soportar para sentirme incónica", determinó el psicólogo.
Por supuesto hay dolor físico porque al quitarse ese vestido le dolerá todo el cuerpo. Pero también existe la sensación de “he cumplido mi objetivo”: ser observada, reconocida, seré hablada, comentada. Parece que la misión de muchas personas es volverse un hashtag o un meme.
"Si una persona padece de dismorfia corporal y realiza estas acciones para seguir en la cresta de la ola, para ser tendencia, para ser vista, ser reconocida, su problemática seguirá agravándose de a poco. Porque no hay nada más violento que querer modificar tu cuerpo para acercarte a una imagen que uno siente (o la sociedad o la moda) dice que se debería tener", expresó Saravia.
"Está estudiado que el uso del corset afecta el correcto funcionamiento del intestino, puede romper costillas y alterar la posición y capacidad de los pulmones. De ser usado frecuentemente, también puede afectar la columna vertebral", agregó Ibarzábal.
"Cuerpo no es lo mismo que imagen corporal. Ahí, está la confusión. Muchas veces se solapan ambos términos creyendo que son análogos y no. El organismo es el que todos tenemos, nuestras partes, es más bien médico, casi biológico podríamos decir. Portamos un cuerpo. La imagen corporal es otra cosa. Ésta está hecha de la mirada de los otros, de nuestra crianza, nuestra historia, de nuestras amistades, de la sociedad, de la imagen que creo que me devuelve el espejo", explicó Saravia.
"El organismo se tiene, la imagen corporal se construye. La dismorfia ataca la imagen corporal y la persona quiere resolverlo en el organismo. Por eso, nunca quedan conformes; así es que existen la dismorfia corporal, dismorfia muscular o vigorexia", detalló el psicólogo.
Sin embargo, esto no sólo le afecta a nivel emocional o psicológico, sino que también físico. "Ella misma confesó que, para poder usar o lucir este vestido, tuvo que tomar clases de ejercicios respiratorios porque este corset le impedía tener la libertad de movimiento hasta tal punto que no pudo sentarse a cenar cómodamente", detalló Fernández.
"Le comprimía todo lo que tenía que ver con el abdomen y el aparato digestivo. Una frase que utilizó ella es: 'No me importa cómo sea lo incómodo, no me importa cuánto tiempo lo tengo que llevar puesto e incluso si tengo que usar un pañal y no ir al baño'", recordó la licenciada.
"Se podrían encontrar las causas para la dismorfia corporal en traumas de la infancia, en expectativas de belleza irreales y en una alta presión social para alcanzarlas, sumado a ciertos rasgos de personalidad que hagan a la persona más vulnerable a este tipo de situación", exclamó Ibarzábal.
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