Sarah Jessica Parker se encuentra trabajando en uno de los regresos más esperados: el reboot de Sex and the city, que tendrá por nombre And just like that y que contará cómo continuó la vida de Carrie, Charlotte y Miranda después de los 50. Pero, mientras se mantiene ocupada en lo laboral (no sólo con su trabajo como actriz y productora, sino como empresaria en su línea SJP Collection) también en lo personal está atravesando un gran momento.
Junto a su esposo, el actor Matthew Broderick, hicieron una fuerte inversión inmobiliaria, ya que compraron por 34 millones de dólares dos edificios en el West Village de la Gran Manzana para convertirlos en una gran mansión que tendrá, se estima, alrededor de 1.300 metros cuadrados, jardín y que será construida con todos los elementos característicos del estilo neoyorquino aunque, cabe recordar, que Parker es oriunda de Ohio y neoyorkina por adopción.
A lo largo de todos estos años, la actriz ha mostrado algunos rincones de su actual casa (valuada en 15 millones de dólares y que en su momento había adquirido por tres en los 2000) que fue construída en 1905 y que está situada en la calle Charles. Se trata de una construcción de fachada de ladrillo y tres alturas, más sótano y buhardilla, con suelos, chimeneas y molduras originales. Es tan espaciosa que incluso en una de las salas tiene una mesa de ping pong.
Hablemos de la decoración que, en cada rincón, expresa no sólo el espíritu de la icónica ciudad, sino el de sus dueños, interesados por el arte, los viajes y toda la cultura que se puede adquirir a través de ellos. También por la historia, ya que hay una multiplicidad de objetos decorativos y de pequeños muebles de estilo retro que fueron adquiridos en mercados de pulgas.
"Me gustaría pensar que en algún momento alguien estaba tan encantado con ellos como yo”, reflexionó en una entrevista anterior Sarah Jessica Parker sobre sus pequeños muebles y objetos especiales de su casa.
Algunos de ellos fueron adquiridos en alguno de sus viajes a Francia, cuando visitó en Marché aux Puces, el mercado de pulgas de París, que es el más grande del mundo y también el más famoso y antiguo.
En “Les Puces” los cazadores de tesoros retro suelen encontrar piezas únicas. Y dicen que, cada vez que puede ir, en lugar de ir en busca de prendas y accesorios vintage -lo más esperable para una influencer fashionista como ella- se pierde en los pasillos de antigüedades deco.
De esta manera, se hizo con un taburete estilo Parsons, que aún hoy resulta moderno y funcional, tapizado en rayas en tonos en composé, con patas de madera.
La banqueta es la estrella del rincón íntimo y decorativo que completan un mini biombo de impronta neoclásica francesa y un cuadro con un dibujo y una cita del poeta inglés William Wordsworth: “Pero ser joven era el paraíso”, dice la ilustración bordada que eligió la actriz norteamericana.
Otro de sus objetos favoritos lo adquirió en viaje a Perú: un tapiz colgante confeccionado artesanalmente con coloridas tulmas hechas también a mano a partir del vellón natural de la llama.
Los accesorios antes usados por las cholas para decorar sus trenzas se convirtieron en hallazgo deco desde hace varios años, y la actriz norteamericana también se enamoró de esos coloridos pompones teñidos de vivos colores.
Otro espacio con sello personal de su casa es un escritorio antiguo tipo secretero en el que, alrededor de una lámpara vitraux estilo Tiffany y entre velas, acumula objetos con valor emotivo, como portarretratos, figuras recortadas de dibujos infantiles y varias piezas -esculturas y un bordado en el bastidor- que reflejan su afición por los conejos.