Una especialista nos cuenta en detalle los síntomas, formas de contagio, diagnóstico y tratamiento de las dos infecciones ginecológicas virales por las que más mujeres consultan: el Virus del Papiloma Humano (HPV) y el Virus herpes simple (HSV). Por la Dra. Claudia Marchitelli, médica ginecóloga, jefa del sector Patología Vulvar y jefa del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano.
Virus del Papiloma Humano (HPV) y condilomas acuminados
Es la infección de transmisión sexual más habitual en el nivel mundial: el 80 por ciento de la población tuvo, tiene o tendrá contacto con el virus a lo largo de su vida.
Existe un bajo porcentaje de pacientes (1 por ciento) que presentan lesiones visibles, generalmente, de superficie verrugosa o espiculada que, en el transcurso de meses o semanas, pueden confluir y constituir aspecto de “coliflor”.
Se ha demostrado cierta susceptibilidad inmunológica contra el HPV, razón por la cual es importante realizar la valoración de todo el tracto genital inferior.
Hoy, existen más de 100 tipos de virus HPV y al menos 40 de estos pueden infectar el área genital.
La mayoría de estas infecciones son autolimitadas, asintomáticas y pasan desapercibidas. Solo el 1% de la población inmunocompetente infectada por HPV desarrollará condilomas debido a un balance entre la inmunidad del huésped y la virulencia del HPV. Es por eso por lo que, en pacientes inmunocomprometidos por trasplantes, la prevalencia de estas verrugas asciende al 2% y en HIV positivas al 12 por ciento.
El 90% de los condilomas son causados por virus de HPV de bajo riesgo, razón por la que no se transforman en cáncer.
Cómo se contagia
Se trata de una infección que se trasmite sexualmente, pero tener HPV no significa infidelidad. La mayoría de la población sexualmente activa lo adquiere a lo largo de su vida y las lesiones pueden aparecer años después. El virus queda en el cuerpo y cuando bajan las defensas pueden surgir. No padecerlas no implica no tener el virus.
Cuáles son sus síntomas
La mayoría de los condilomas anogenitales son asintomáticos, pero según su localización pueden ser dolorosos o pruriginosos. En algunos casos, la paciente puede presentar sintomatología como picazón, ardor o sangrado en el caso de condilomatosis voluminosos. La forma de presentación clínica de estas verrugas es variable, pueden ser planos o verrucosos, blancos, rojos o grises. Pueden ser únicos, aunque, generalmente, son múltiples, multifocales, es decir, localizados en la vulva, el periné y/o periano. Pueden estar en cualquier parte del tracto anogenital. El hallazgo de condilomas intraanales no necesariamente se relaciona con personas que practiquen sexo anal.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico es clínico. Solo con mirar la vulva y, en algunos casos, usar una lupa de aumento. Son pocos los casos en los que se requiere una biopsia. Sin embargo, ante ciertas situaciones, es mandatorio para establecer el diagnóstico de certeza. Se presentan lesiones visibles, generalmente, de superficie verrugosa o espiculada, que, en el transcurso de meses o semanas, pueden confluir y constituirse con aspecto de “coliflor”.
No es de utilidad realizar el test de HPV en los condilomas ya que no aporta ningún dato relevante para el tratamiento ni pronóstico.
Cuál es el tratamiento
Si bien no representan un riesgo para la salud de la paciente, son benignos, se pueden tratar porque contagian y por consideraciones estéticas y emocionales. No existe un tratamiento ideal para todas las pacientes. Este debe ser individualizado según las características de las lesiones, la localización, la preferencia de la paciente y las opciones con las que cuenta el médico.
Puede ser tópico como el tricloroacético (colocado por el médico) una vez por semana. Se usa solo en casos de verrugas pequeñas y aisladas, nunca en condilomatosis grandes y floridas. En estos casos, se puede usar una crema inmunomoduladora, imiquimod, aplicada por la paciente hasta que desaparezcan las lesiones o los métodos quirúrgicos como laser, leep, criocirugía o resección con bisturí. Se pueden combinar entre sí y utilizar los inmunomodulares antes o después de otro tratamiento como complemento.
Hoy, el imiquimod se considera como primera línea de tratamiento ya que lo aplica la paciente, no altera la anatomía y función vulvar, y tiene menos tasas de recurrencias post tratamiento que cualquiera de los otros métodos dado que deja memoria inmunológica. Por eso, la posibilidad que luego aparezcan las verrugas es menor.
Es una enfermedad benigna, por lo tanto, el pronóstico es excelente. La recurrencia es más frecuente dentro de los tres primeros meses luego de curadas las lesiones y está asociada con la inmunidad de la paciente y el tabaquismo.
Actualmente, la vacunación contra el HPV constituye el método de prevención primaria. Está en el calendario de vacunación para niñas y niños de 11 años de edad. Igualmente, se puede aplicar en otras edades, pero siempre consultar sus beneficios con el médico.
Virus herpes simple (HSV)
Es una de las infecciones de transmisión sexual más frecuente y crónica. En los Estados Unidos, se calcula que 1 de cada 6 personas entre 14 y 49 años tiene herpes genital.
Existen 2 serotipos, el herpes I y el herpes II. Anteriormente, se decía que el I afectaba a la mucosa oral y el II, a la genital, pero este concepto es obsoleto ya que el 50% de las lesiones genitales son producidas por el I y el otro 50% por el II.
La mayoría de los infectados no sabe que tiene el virus o son asintomáticos, y sólo se puede detectar a través de la serología si se tuvo o no contacto con el virus. No obstante, toda persona que porta el virus tiene descargas asintomáticas virales intermitentes. Por lo tanto, el contagio se da también a través de aquellos que desconocen que están infectados.
Una vez que el virus penetra en la piel a través del contacto directo de piel a piel o mucosa a mucosa, migra por las terminales nerviosas para quedar en latencia (inactivo) en los ganglios. Esta primoinfección puede ser sintomática o asintomática. En caso de recurrencia, el virus migrará nuevamente por la misma terminal nerviosa hasta llegar a la piel y producir lesiones. Este nuevo episodio, a su vez, puede ser sintomático o asintomático, son más frecuentes durante el primer año de infección y descienden en frecuencia en los años subsiguientes.
Qué síntomas y lesiones da
La primoinfección herpética puede ser asintomática o sintomática. En este último caso, la lesión se manifiesta por vesículas que se rompen rápidamente dejando erosiones muy dolorosas. Puede haber edema e inflamación de la zona, ganglios inguinales bilaterales dolorosos e, incluso, fiebre. Excepcionalmente, el cuadro es extenso y puede dificultar o impedir la micción por el edema (hinchazón) y dolor en la zona. El cuadro es autolimitado y dura entre 7-21 días.
Se presentan como pequeñas erosiones dolorosas en la piel y/o mucosa vulvar. Siempre son precedidas por malestares en donde se siente ardor y molestias en la zona, sin evidenciarse aún lesiones. Este período es muy importante de reconocer para iniciar rápidamente el tratamiento de las recurrencias.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico de certeza se obtiene a través de la detección del virus en la lesión. A veces, las lesiones son muy características, vesículas que se rompen y dejan erosiones o úlceras, pero lo ideal es tener diagnóstico de certeza. El cultivo es una opción, aunque su sensibilidad es baja para las recurrencias y declina a medida que la lesión cura. La detección a través de PCR es de elección. La muestra se debe tomar raspando la lesión con hisopo estéril y en medios de cultivo específicos. Un resultado negativo no descarta la infección por completo.
Cuál es su tratamiento
El tratamiento del herpes genital debe basarse en el asesoramiento, instructivos acerca de su historia natural y sus recidivas, en el consejo sobre el contagio a las parejas sexuales y en la farmacología. Se usan drogas antivirales como el aciclovir y el valaciclovir por vía oral. No se recomienda el tratamiento local con cremas antivirales, pero sí anestésicos locales por el dolor que genera.
Debido a que el contacto es directo piel a piel, el preservativo es parcialmente protector. No obstante, se aconseja su uso para disminuir la transmisión. Siempre que haya episodios sintomáticos, es decir, que existan lesiones, se recomienda la abstinencia sexual hasta que las mismas desaparezcan.
Dra. Claudia Marchitelli, médica ginecóloga, jefa del sector Patología Vulvar y jefa del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano.
*Agradecemos a la Dra. Claudia Marchitelli, médica ginecóloga, jefa del sector Patología Vulvar y jefa del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano por su asesoramiento.