"¡La prima de una amiga de una vecina se fue de viaje y quedó!", un ejemplo de los variados comentarios que suelen escuchar mujeres, hombres o parejas que emprenden su objetivo de vida y que no siempre el camino es tan sencillo como se cree: formar una familia.
En ocasiones, frases similares pueden llegar a provocar sufrimiento a aquellas personas que atraviesan el momento de la búsqueda para lograr la concepción. Las dificultades reproductivas son una fuente de amplio dolor y no debe ser tomado a la ligera por nadie.
Incluso, a veces los conocidos y desconocidos lanzan libremente esos comentarios sin medir el impacto psicológico y emocional que le puede provocar otro que hace años realiza tratamientos de fertilidad, ya que no ha logrado concebir sin ayuda de la medicina. Estos tratamientos son muy intensos para el cuerpo y el psiquismo de las personas que se someten a ellos.
Dichas situaciones son más habituales de lo que algunos creen. Como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), “entre 48 millones de parejas y 186 millones de personas, tienen infertilidad en todo el mundo. Se trata de una enfermedad del sistema reproductivo masculino o femenino consistente en la imposibilidad de conseguir un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales habituales sin protección”.
Existe el mito de que los nervios o el estrés impiden el embarazo. Sin embargo, si esto fuera realmente así, las personas en situación de guerra, desastres naturales u otros eventos estresantes de la vida de un ser humano, no podrían embarazarse.
“Es como si a alguien que padece una cardiopatía, diabetes o artritis les dijéramos que se saquen un pasaje a algún lugar hermoso, entonces se curaran de la misma. Sería no solo inapropiado sino cruel basado en la profunda ignorancia”, expresó Lorena Laserre, Lic. en Psicología y miembro de la Asociación Somos Grupo de Mujeres más.
La realidad es que existen múltiples factores que ocasionan dificultades reproductivas en las personas. En mujeres la edad de búsqueda del embarazo se ha trasladado 10 años, de los 25 a los 35 y a veces el pico fértil en relación con los óvulos ya pasó, disminuyendo abruptamente la calidad de los mismos. También pueden influir los hábitos alimenticios, de consumos del alcohol, sustancias tóxicas, las características anatómicas, trompas obstruidas, miomas, pólipos, endometriosis y más. Del lado masculino, la calidad espermática, la forma, la alteración genética y factores anatómicos y funcionales también deben ser examinados.
“Lo que sí sabemos es que la dificultad de poder tener un hijo genera altos niveles de ansiedad, cambios anímicos, retraimiento social, afectivo y angustia. Por eso es importante que el proceso se acompañe de apoyo psicológico durante todo el periodo, previo, durante y posterior. El estrés puede transformarse en algo crónico, ya que es sostenido en el tiempo y a largo plazo trae consecuencias en el organismo en su totalidad, así como la baja de defensas del sistema inmune por ejemplo”, explicó la Lic. Laserre, autora de una serie de cuentos sobre el origen de familias diversas.
En síntesis, se trata de un mito el hecho de que “en vacaciones, se logra el embarazo más fácilmente”. El estado de relajación coopera en el proceso, pero no es un factor determinante. Es fundamental el acompañamiento tanto profesional como emocional del entorno que rodea a la o las personas afectadas en la situación.
Algunas recomendaciones en cuanto a los hábitos para la relajación:
• Comer de manera saludable alimentos ricos en antioxidantes.
• Realizar una respiración consciente.
• Poder aceptar las emociones, sin definirlas como buenas o malas. Entrenar la mente para dejarlas fluir y no aferrarse a ninguna, es una experiencia que ayuda, debe ser sostenido en el tiempo,
• Cultivar acciones manuales y artísticas que a uno le den placer y lo desconecten, desde jardinería, hasta terapia artística, escuchar música que genere endorfinas, salir a caminar sin dispositivos electrónicos para observar el entorno.
• Dormir bien la cantidad de horas que el cuerpo necesite ya el sueño es muy importante.
• Asesorarse con los profesionales de salud que se requieran.
• Evitar exponerse a situaciones que no sean del propio agrado.
• Rodearse de un entorno que a uno le haga bien.