Hay una tendencia que relaciona la alimentación saludable, el disfrutar de la comida y el cuidado de ambiente. Se conoce como "cocina circular" e involucra esta palabra propia de la geometría para hacer referencia a lo abarcativo, a no generar desperdicio.
La cocina circular apuesta por la alimentación con productos orgánicos y naturales que se aprovechan en su totalidad, disminuyendo así la generación de basura.
Más que una moda pasajera, tiene que ver con una forma de vida, con elecciones y cambios de hábitos que vienen muy arraigados en la sociedad relacionados con cómo tratamos los alimentos y qué aprovechamos y descartamos de ellos en la elaboración de la comida.
Hoy cuenta, además, con la adhesión de muchas celebridades en todo el mundo y de diferentes ámbitos (Eva Longoria, Gwyneth Paltrow, Barak Obama, Gisele Bündchen y Juliana Awada, solo por mencionar algunos) que hacen foco en este tipo de cuestiones y lo alzan casi como una bandera, invitando a sus seguidores a conocer todos los beneficios que puede traer en sus vidas, a todo nivel: salud, economía, cuidado del medioambiente.
"Es un ciclo de respeto, redondo, que empieza en la tierra con el vegetal que crece y se nutre de ella, sigue con nosotros que nos nutrimos con todas sus partes y, por último, lo que no se puede usar, no se desperdicia, sino que vuelve a la tierra para dar más vida y retomar su ciclo", así lo expresa Laura Di Cola, la chef e influencer cordobesa en su libro "Sin desperdicio".
Cómo funciona la cocina circular
El punto de partida tiene que ver con tomar la decisión de tratar de aprovechar al máximo todas las partes de los alimentos. Es posible comenzar de un alimento cultivado, sea orgánico o no, o también que compramos en el mercado o en la verdulería.
Luego, tomar conciencia de que es posible que podamos consumirlo en su totalidad (pulpa, cáscara, semillas y hojas). Por ejemplo, lavarlos correctamente para poder aprovechar la cáscara es básico, ya que es allí donde se encuentran la mayor cantidad de propiedades nutritivas de las frutas y vegetales.
Entonces es así como podemos animarnos a preparar sopa de calabaza o zapallo, remolachas en dip o ensalada de papa y batatas. Pero también pesto de hojas de zanahoria, sirope de papas, vinagre de frutillas, vinagreta de cáscaras y carozo de mango o té de tallo de cereza, entre otras preparaciones súper originales.
Con la decisión tomada: cómo se empieza
La idea de un cambio es ir de a poco pero con firmeza. No pretender hacer todo en el primer día, y tener presente que es un aprendizaje. Es reeducarnos y cambiar costumbres muy arraigadas. "No hace falta que tengas vegetales en tu casa, no hace falta tener un echo con huerta, no hace falta que compres orgánico, lo que sí hace falta son tus ganas de probar algo nuevo, distinto", alienta Laura Di Cola desde su libro, que contiene decenas de recetas simples, explicadas paso a paso, para ir conociendo de manera práctica todo lo que podemos aprovechar de los vegetales y frutas, sin desperdiciar nada.
