Durante un periodo de 40 años las mujeres y personas gestantes menstrúan: sucede todos los meses, casi siempre en la misma fecha y perdura hasta la etapa de la menopausia, cuando el cuerpo disminuye su capacidad reproductiva. La gestión menstrual y los métodos de higienización para utilizar durante esa etapa fueron evolucionando en el marco de la ola sustentable: las alternativas eco-friendlies toman protagonismo ante los tampones y las tradicionales toallas sanitarias.
Las discusiones que plantearon los movimientos feministas en los años recientes habilitaron el debate acerca de la gestión menstrual y de cuáles son los principales métodos sanitarios elegidos por las personas gestantes. Los datos de una encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires en 2021 señalan que el 75% del universo encuestado todavía utiliza productos descartables.
Hasta ese momento, solo el 25% de las personas que participaron de la encuesta había reemplazado los métodos tradicionales por alternativas sustentables.
Un informe del Programa de Medio Ambiente de la ONU indica que las mujeres y personas gestantes acumulan, durante la fase menstrual, 60 kilos de residuos provenientes de métodos de higienización. Con la menstruación se replican las opciones sostenibles que fueron apareciendo también en áreas como el skincare, el haircare (con el furor por el shampoo sólido) y la ropa second hand.
¿Cuánto tardan en degradarse los tampones y las toallas sanitarias?
El tiempo de vida útil de los tampones y las toallas sanitarias es volátil: se pueden usar entre 4 y 8 horas y luego deben ser descartados. Tardan hasta 500 años para completar el ciclo de degradación y, más allá de los materiales químicos que componen al producto, para el proceso de fabricación también se emplean significativas cantidades de agua.
Aunque no se trate de un producto asociado de manera absoluta con la gestión menstrual, en este contexto también ingresan los protectores diarios, que suelen tener lugar en los días previos a la menstruación.
“Estos productos se usan una sola vez y se tiran a la basura. Gracias a este diseño poco amigable con el ambiente, rápidamente acumulamos grandes cantidades de residuos provenientes de la gestión menstrual que tardan cientos de años en descomponerse”, explica Maite Durietz, Licenciada en Gerenciamiento Ambiental y Especialista en Sustentabilidad.
Impacto ambiental de la gestión menstrual en Argentina
- Se estima que una persona que menstrúa usará entre 5 y 15 mil toallitas o tampones durante el ciclo.
- Las toallas sanitarias y los tampones tardan más de 500 años en degradarse.
- Según el sitio Ecofeminita, en Argentina, se desechan cada año 3.380 millones de toallas y tampones descartables.
3 alternativas eco-friendly para eliminar tampones y toallas sanitarias
El plan de acción para mermar el uso de toallas sanitarias y tampones nació como una iniciativa de pequeñas empresas y emprendedores comprometidos con el cuidado ambiental. La copa menstrual (de látex o silicona) y las toallas confeccionadas en tela son las opciones en alza.
Cuánto cuesta una copa menstrual y cómo elegir la adecuada
Una copa menstrual en Argentina tiene un valor aproximado de 2300 pesos. Se suelen fabricar en una variedad de talles que se adaptan a los distintos tipos de cuerpo. Para seleccionar la medida adecuada es importante tener en cuenta la historia clínica de la persona: por ejemplo, si se trata de una persona que ya pasó por el periodo de maternidad, el talle será distinto al de una persona de su misma edad y contextura que no haya atravesado la misma situación. Según explican en el sitio de Evacopa, “a la mayoría de las personas les lleva un periodo de adaptación de por lo menos 4 ciclos hasta alcanzar el correcto uso de colocación y extracción”.
Camila, una usuaria de Para Ti que tiene 27 años y utiliza la copa menstrual desde el 2022, cuenta que comenzó a utilizar este método a partir de la recomendación de una amiga. La impulsó a tomar la decisión la idea de evitar la incomodidad de estar cambiando constantemente el tampón.
“Me cansé de toda la dinámica de estar los seis días que estoy indispuesta cambiándome la protección. Pensé en darle una chance a la copa menstrual, que es sustentable: la compré por internet y la primera vez que la usé fue terrible, no la podía colocar. Pero fue solo esa vez. Después fue muy fácil el proceso, me olvido completamente que estoy indispuesta”, comentó en diálogo con Para Ti.
Toallas reutilizables: la tela como solución
Cumple la misma función que las toallas descartables, pero la tela algodón utilizada para la confección la transforma en una alternativa sustentable y alarga la vida útil del producto. Se lavan y se pueden reutilizar. También son recomendadas para los pH (potencial de hidrógeno) que resulten alérgicos al plástico o químicos de los tampones y las toallas tradicionales.
Bombachas menstruales
Innovación en el ámbito de gestión menstrual. Las bombachas sanitarias poseen tecnología de capas y absorben el flujo menstrual. Puede utilizarse solitariamente y también a modo de complemento de la copa sanitaria.
“Son como las toallitas, pero diseñadas como ropa interior, con una capa absorbente integrada. Una opción discreta, cómoda y confiable”, agrega Durietz. La inversión inicial en este tipo de alternativas puede ser costosa en un contexto inflacionario en alza, aunque los beneficios ecológicos y económicos proyectados a futuro marcan una tangible diferencia con respecto a los índices de contaminación que ofrecen los clásicos productos de gestión menstrual.