En épocas donde los suplementos alimentarios son, muchas veces, el recurso para afrontar ciertas dolencias corporales o para, valga la redundancia, suplementar los nutrientes que el organismo necesita, se habla mucho de la ingesta del colágeno.
Naturalmente, el colágeno es la proteína que más abunda en el cuerpo, aportando beneficios para combatir el envejecimiento, favorecer el cuidado de la piel, del pelu, de las uñas, los huesos y las articulaciones.
Pero, a partir de los 40, el organismo comienza a disminuir su capacidad de producirlo, motivo por el que puede ser beneficioso consumirlo como suplemento.
Y es aquí donde aparece la gelatina: posee un ingrediente llamado grenetina, que es un derivado de los huesos y cartílagos de animales que le proporciona una importante cantidad de colágeno al cuerpo.
Vale destacar que la gelatina, además de fortalecer las uñas, el cabello y las articulaciones, también se distingue por ser una rica fuente de minerales como calcio, magnesio, fósforo y silicio.
Cómo consumir la gelatina, el alimento beneficioso para la salud
Además del postre tradicional saborizado (cereza, frambuesa, frutilla, naranja, etc.) que se compra envasada para preparar en casa, es muy utilizada en diferentes preparaciones. En su versión sin sabor, incluso, se la usa para generar una determinada consistencia.
Por otro lado, hay diferentes industrias que también se valen de ella, como la farmacéutica para la fabricación y revestimientos de cápsulas o suplementos; o la cosmética, en productos para el cabello o la piel, entre otras.
El sitio Medline Plus, de la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos, aporta tres definiciones del alimento:
1- La gelatina es una proteína hecha de colágeno animal, generalmente de vacas y cerdos. Se usa comúnmente para hacer cápsulas, cosméticos, ungüentos y alimentos.
2- El colágeno es uno de los materiales que forman el cartílago, el hueso y la piel. Tomar gelatina podría aumentar la producción de colágeno en el cuerpo.
3- Las personas usan la gelatina para el envejecimiento de la piel, la osteoartritis, la osteoporosis, las uñas quebradizas, la obesidad, la diarrea y muchas otras condiciones, pero aún no existe una buena evidencia científica que respalde estos usos.
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