La palabra Orgasmo proviene del griego: orgh "hervir de ardor". El orgasmo es una descarga de la tensión muscular en una serie de contracciones rítmicas, es la culminación de una sensación fugaz de placer intenso que genera un estado alterado de conciencia.
¡A la hora del placer femenino hay cierta presión externa por tener orgasmos grandilocuentes y muchos! Siempre está la pregunta: ¿Cuantos tuviste? Tendemos a medir y cuantificar todo y en sexualidad no hay excepción -los tamaños de genitales y pechos, la cantidad de sexo por semana, medimos si hay 1 o varios orgasmos-… Y también si los orgasmos son muy intensos o más sencillos.
Recordemos que las mujeres (personas con vulva) podemos tener varios orgasmos, lo que se denomina multiorgasmos, pero ello no significa que siempre suceda, es una posibilidad. ¡Esto depende de miles de factores y NO necesariamente de la persona con quien este! El orgasmo es personal, es egoísta, te saca de escena y depende de la persona que lo vivencia.
¿El orgasmo es necesario?
Durante los primeros siglos de la historia de Occidente los galenos pensaban que el orgasmo femenino era indispensable para la procreación y daban coloridos consejos para que éste se alcanzara, pero los avances de la medicina terminaron por comprobar lo que hoy sabemos: no es necesario que la mujer tenga un orgasmo para que se embarace.
Con esta verdad se dio por terminaba la preocupación occidental en torno al placer sexual de las mujeres por ser el orgasmo “inútil” a los fines reproductivos. Este es uno de los tantos ejemplos de cómo lo biológico, es interpretado y regulado por cada sociedad de modos diferentes y de cómo el placer ha sido puesto en suspenso en pos de otros objetivos más importantes.
La mirada reproductivista de la sexualidad sigue poniendo el foco en prácticas coitocentristas que muchas veces dejan a la mujer sin poder vivenciar el placer orgásmico.
Cuando comencé a desarrollar esta fórmula, más allá de verla en términos cuantitativos, lo interesante es que podamos analizarla en sus cualidades, como son:
La intensidad del orgasmo estaría influenciada por:
Intensidad Orgasmo = G (Ganas de estar en ese encuentro) + E (estimulación adecuada) / P (momento presente)= IO=G+E/P
De este modo, la intensidad en la que se siente el orgasmo sería proporcional a: cuantas ganas tenés de estar en ese encuentro, más la estimulación adecuada (en el lugar que vos sentís placer, la presión, el roce) y muy importante la conexión con el momento presente, con el aquí y ahora, sin pensamientos distractores.
Como se dijo cada orgasmo es único, y cada mujer lo siente a “su modo”, también hay que sumarle que en cada encuentro sexual suele sentirse diferente, por ejemplo, en una ocasión de autoestimulación suele sentirse diferente a un encuentro con la pareja y en cada encuentro con la pareja también suele sentirse diferente según las ganas, el tiempo, el deseo, el cansancio, el horario, en fin, una serie de factores que hacen que cada encuentro sexual no sea igual a otro.
El modelo de relación sexual “coitocentrista”, esto es pene entra en vagina, suele ser un factor desencadenante de una falta de orgasmo en las mujeres, ya que las mujeres necesitan la estimulación del clítoris para sentir placer y también tiempo para lograr una máxima excitación. El clítoris es un órgano que necesita ser estimulado, NO es un botón que se toca y ya desencadena el máximo placer, necesita tiempo y cada mujer puede hacerlo a su modo.
El proceso de excitación en las mujeres es un proceso que lleva tiempo y está influenciado por miles de factores, por lo que es imprescindible: darse tiempo, nada apurado llega a un orgasmo explosivo y expansivo.
EL 80% de las mujeres llega al orgasmo SIN penetración, y NO se puede llegar al orgasmo SIN estimulación del clítoris ¡¡¡Entonces La estimulación clitorial no es sólo la previa, en muchas mujeres…puede ser todo!!! ¡El placer pasa por muchos lugares, hay que buscar por dónde pasa en tu caso…en vos!
Fuente: Lic. Analía Lilian Pereyra, Sexóloga clínica y educativa, MP 1773.
IG: @licenciadaanaliapereyra