Cuando una persona se separa luego de varios años surge el interrogante: ¿y ahora cómo estoy sexualmente con alguien que no conozco? "Con R ya nos conocíamos en la cama y ahora no sé qué hacer con alguien nuevo…", me decía una mujer de 45 años en consulta.
El concluir una relación e intentar vincularse sexo afectivamente con alguien que recién se conoce puede ocasionar timidez y cierto desconcierto. En particular para las mujeres heterosexuales suele ser un gran desafío, ya que soltarse a conocer y poder disfrutar con otra persona es un camino que hay que comenzar a transitar y muchas veces sin herramientas.
Dilemas como: no estoy cómoda con mi cuerpo, el uso lubricante, ¿qué hacer para pasarla bien, cómo decir qué me gusta, hay que estar depilada toda? Estos y otros interrogantes se les plantean a muchas mujeres.
La comunicación es fundamental, siempre, en todo momento. Es recomendable dialogar sobre sexo antes del sexo y en el ambiente "fuera de escena". Decir qué nos gusta, qué nos gustaría experimentar. Luego del encuentro está bueno poder decir cómo me sentí, por ejemplo, me encantó cuando me hiciste tal cosa…no sabés cómo disfruté cuando…
Durante el sexo, podemos manejar la comunicación a nivel verbal con algunos monosílabos o frases cortas como: "sí, me gusta", "me encanta…", "vení acá…". También lo gestual es super importante, agarrar la cara y llevarla a un lugar y también sacar algo de un lugar… por ejemplo: si querés sexo oral podés tocarte, lo mirás y ese gesto puede ser suficiente para que la otra persona lo entienda. A veces cuesta mucho "leer" lo gestual, hay personas que tienen que entrenar la empatía, la conexión, mirar, registrar y estar ahí.
¿Por qué a veces nos cuesta tanto hablar del encuentro sexual?
Es parte de la represión socio-cultural en la que habitamos, porque cuesta hablar de sexo en general, y más aún en el momento del encuentro. ¡Hay muchas parejas que nunca han hablado! En esta nuestra cultura hablar de sexo sigue siendo tabú aunque tengas sexo. Es insólito pensar que te vas con alguien a la cama y no podés hablar de lo que ocurre ahí.
Me parece que a medida que se van dando permiso para hacer cosas y disfrutar las personas pueden ir soltándose, conectando con sus cuerpos, sus placeres y vivencias, van de apoco abriendo y encontrando canales de expresión.
¿Cómo podemos expresar qué nos gusta y qué no? ¿A qué herramientas podemos recurrir si nos da pudor hablar?
En sesión sexológica trabajamos cómo expresar lo que me gusta y lo que no. Cada persona es muy particular, tiene que ir sintiendo cómo se anima, cómo puede, cómo le resulta fácil dialogar, ya que no solo depende de cómo es ella misma, sino también su pareja o vínculo. Una mujer de 38 años me dijo: "yo no sé cómo decirle, porque le dije cómo me gusta tal práctica y él me dijo: "Son tus amigas que te están metiendo ideas raras…". Esto cierra mucho las posibilidades de dialogar y el animarse a decir.
Está muy bueno, decir qué me gusta en positivo: "A mí me encanta cómo me besás, me gusta cómo me tocás, me gustaría que me besaras mis pechos bien despacito…" No es recomendable decirle: no me gusta cómo me tocás, no me gusta cómo me hacés sexo oral, porque la otra persona -más si es varón- suele sentirse ofendido, porque están educados para creer que ellos son los que saben cómo hacer gozar a una mujer. También esto se trabaja con varones.
Si nos da pudor o no sabemos cómo llegar a la persona, lo que se puede hacer es: enviar mensajes con frases, que encontramos en algún post en la redes, algo que tenga que ver con lo que quiero poner en diálogo. También poder proponer o enviar algún video o corto o nota de diarios, artículos de revistas, notas, un podcast… Al estilo, ¡mirá esto! ¿Y después este disparador da la posibilidad de poner en diálogo el tema…viste esto? ¿Qué te parece?
Así una mujer me decía que viendo un programa de tevé juntos con su pareja, escucharon un relato sobre el uso de disfraces para el encuentro sexual y su pareja inmediatamente le dijo: "yo no necesito hacer eso, vos me gustas así". Ahí se cierra la posibilidad de poder decir que ella quería hacerlo. El punto es profundizar, ir más allá y no quedarme sólo que esa primera reacción -en este caso- negativa.
Es muy importante el cómo decimos algo, muchas veces más que el qué decimos. La actitud es fundamental. De nada sirve ponerte en formato 'hot' si tu actitud es fría como un témpano.
Lo importante es el camino y el placer está en tu cerebro y la totalidad de tu cuerpo, hasta en tu oído.
¿La comunicación siempre tiene que ser verbal o podemos hacer otras cosas?
Verbal, gestos, miradas y frases. En el plano sexo erótico hay que preguntar, no suponer sobre el placer ajeno, para poder consentir debe haber pregunta y empatía para percibir la gestualidad de la otra persona.
Hemos tenido muy poca educación emocional, para poder reconocer y registrar qué emociones me generan ciertas prácticas. Siempre primero reconocer nuestros sentimientos y emociones. Y poder hablar desde ahí, desde lo que vos sentís.
Quizás en un encuentro casual resulte más incómodo, porque no tenemos confianza… O quizás se da todo lo contrario, se anima más porque no se lo conoce tanto… Depende mucho de cada persona y de cómo me siento en ese momento, a veces nos liberamos más con personas que apenas conocemos…¡Nuestra sexualidad es compleja y única!
Fuente: Lic. Analía Lilian Pereyra, Sexóloga clínica y educativa
IG: @licenciadaanaliapereyra