Hay momentos de la jornada más oportunos que otros para tomar decisiones, pensar creativamente o hacer tareas de rutina.
Una investigación realizada en más de 26.000 conversaciones entre ejecutivos y analistas sobre los resultados de sus compañías arrojó que las realizadas en horas de la tarde tenían un tono más negativo y agresivo independientemente de los números en cuestión, a tal punto que llegaban a afectar el valor de las acciones temporariamente. Así lo afirma Daniel Pink, autor de “When: The Scientific Secrets of Perfect Timing”.
¿Te ha pasado de estar tiempo leyendo un informe y volver una y otra vez al mismo renglón porque tu atención se dispersa? ¿O sacar trabajo “hormiga”, (tareas pequeñas e irrelevantes que acumuladas llevan tiempo) y cuando necesitas dedicarte a un tema importante ya tu “batería” mental está agotada?
Los resultados que obtenés están directamente relacionados en cómo administrás y a qué decidís enfocar tu atención y energía y cuándo.
Conforme a la cronobiología, disciplina que estudia los ritmos biológicos en los seres vivos, todos tenemos fases de vigilia (actividad) y sueño (descanso) en las que se producen variaciones en la fisiología, mente y conducta.
Estas variaciones que experimentamos, en esas fases, afectan la energía, el estado emocional y las funciones cognitivas.
Tienen tres estadíos bien diferenciados: pico, valle y recuperación. Realizar tareas de poco valor durante el pico equivale a malgastar tu tiempo. Tu cansancio habrá aumentado para cuando necesites concentrarte porque tu energía ya habrá disminuido, estarás en el valle. Entonces, lo más probable es que reagendes esa actividad para el día siguiente. Cuando tu mente está agobiada y te esforzás, además de perder tiempo, corrés el riesgo de tomar decisiones poco acertadas.
El inicio, fin y las variaciones de esas fases dependen de cada persona conforme a su reloj biológico, predisposición natural que se denomina cronotipo. Conocer cuál es el tuyo será fundamental para optimizar tu energía y funciones cognitivas.
Así, si ya a las diez de la noche necesitás irte a dormir y te despertás temprano por la mañana energizada, entonces tu cronotipo es alondra, un ave diurna.
Tus horas de descanso se dan entre las diez de la noche y las 6 o 7 de la mañana, encontrando tu pico de energía durante la mañana.
Aquellos que les gusta trabajar de noche porque nada los molesta y se concentran mejor y se levantan o levantarían al mediodía si no tuvieran ninguna obligación, son búhos, que son aves nocturnas.
Sus horas ideales de descanso se dan entre las 3 de la mañana y las 11 del día siguiente o mediodía.
Y existe un tercer cronotipo, al que pertenece el 50% de la población, un intermedio entre los dos: el colibrí.
Sus horas de descanso se dan entre las 11 de la noche y las 8 de la mañana. Y les resulta más fácil adaptarse a otros horarios.
Cuándo es el momento óptimo para cada actividad
Las decisiones y tareas que requieren alta concentración y claridad para pensar son indicadas para el momento del pico.
Aquellas que no son demandantes y de bajo valor se resolverán sin problemas durante el valle.
Las tareas creativas para la etapa de recuperación.
Planificar actividades y toma de decisiones, en la medida de lo posible, conforme al propio cronotipo aumenta significativamente el desempeño, mejora la calidad de decisiones y disminuye el cansancio y estrés.
Fuente: Mariel Mejuto, especialista en entrenar a líderes, fuerza de ventas y equipos para que desarrollen una mentalidad poderosa, incrementen su productividad y logren los resultados deseados en un ambiente de bienestar.
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