"Ya sos fruta madura". "Te vas a quedar a vestir santos". "Se te pasa el arroz"… Son tantas las frases y expresiones que se usan para indicarle a una persona que tiene determinada cantidad de años, que pareciera que hay una edad límite para tener pareja, para formalizar, para tener hijos. ¿Acaso venimos con la fecha de caducidad impresa en algún lado?
La realidad es que hay muchos mandatos familiares y sociales, que tal vez, responden a demandas de otra época, de otros tiempos. Hoy vivimos tiempos diferentes, donde podemos ser más concientes de lo que nosotros queremos, de nuestro propio deseo, y de no hacer determinadas cosas solo para "calmar" la mirada de los demás.
Hoy es importante que las personas puedan tomar sus propias decisiones sobre cuándo y cómo desean tomar decisiones sobre su vida. No se trata solo de seguir un camino preestablecido, sino de encontrar un ritmo personal y auténtico que se ajuste a las propias necesidades y deseos. Al fin y al cabo, no son los demás quienes van a vivir su vida.
Es necesario cuestionar los mandatos familiares y sociales
La sociedad evoluciona rápidamente, cambiamos, y los modelos tradicionales de vida se ven constantemente desafiados. Las mujeres ya no deben elegir entre una carrera y la maternidad; los hombres no están obligados a ser los únicos proveedores.
Estos cambios traen consigo una nueva libertad, pero también pueden traer una presión interna y externa sobre qué es lo correcto y cuándo es el momento adecuado.
Tomar nuestras propias decisiones implica también aprender a conocernos a nosotros mismos y pensarnos. Es necesario cuestionar los mandatos familiares y sociales que, muchas veces, son aceptados sin un análisis crítico.
Preguntarse a uno mismo qué es lo que realmente quiero y no lo que los demás esperan de mí, es un ejercicio que puede ser liberador. Y, al mismo tiempo, puede generar conflictos si estamos rodeados de un entorno que todavía mantiene valores más “tradicionales”.
La presión por cumplir puede llevar a sentimientos de ansiedad y frustración
En la práctica clínica, se puede ver cómo la presión por cumplir con ciertos hitos vitales puede llevar a sentimientos de ansiedad, frustración y baja autoestima.
Muchas personas sienten que están "fallando" porque no han alcanzado ciertos objetivos en el tiempo que otros consideran adecuado. Esta comparación constante con un modelo externo puede ser sumamente dañina y contraproducente para el bienestar emocional.
Poder elegir el propio camino, autónomo, no es sencillo. Requiere valentía para desafiar las expectativas y tomar decisiones que, aunque son sean las que la mayoría toma, estén en línea con nuestros verdaderos deseos y valores.
Es importante, también, rodearse de una red de apoyo que respete y entienda nuestras elecciones y que nos acompañe en el proceso de construir una vida que sea verdaderamente nuestra.
Escuchar y priorizar las propias necesidades
Un aspecto clave es aprender a escuchar y respetar nuestras propias necesidades. Esto implica a veces decir "no" a lo que otros esperan de nosotros. Y decir "sí" a lo que realmente queremos. No se trata de ser egoístas, sino de priorizarnos, siendo honestos con nosotros mismos y con los demás.
Además, es esencial animarnos a vivir una vida de respeto y aceptación hacia las diferentes formas de vivir y de construir una familia. Cada individuo tiene su propio tiempo y su propia manera de ser feliz. No hay un único camino correcto, y cada elección de vida es válida si se hace desde la autenticidad y la conciencia.
La presión social y familiar para cumplir con ciertos puntos vitales puede ser muy fuerte, pero es fundamental recordar que cada uno de nosotros es dueño de su tiempo y de sus decisiones.
Romper los moldes y construir la propia historia
La felicidad no se encuentra en seguir un guión preestablecido, sino en vivir de acuerdo con nuestras propias convicciones y deseos.
Conviene aprender a valorar y respetar la autonomía personal a la hora de decidir nuestra vida. Sacudirnos los mandatos externos y escuchar nuestra propia voz interior, nos permitirá vivir de manera más plena y auténtica.
Es un buen tiempo para romper con los moldes y construir nuestras propias historias, sin fechas de caducidad ni estándares ajenos. Porque al final, la vida es demasiado corta para vivirla según las expectativas de los demás.
Por el Dr. Flavio Calvo (MN: 66869), Dr. en psicología, docente, tallerista y autor, @calvoflavio
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