Hoy en día buscamos, como nunca, optimizar el tiempo para realizar nuestras actividades. Buscamos rendir más y mejor pero, a la vez, sentirnos bien. Y esta tendencia está reflejada en el informe 'Bienestar 2030' del Instituto Gottlieb Duttweiler, que asegura que ha comenzado una nueva era de autooptimización.
Es por ello que cada vez más personas se replantean su estilo de vida, buscando alinear sus hábitos diarios (descanso, alimentación, ejercicio) con los ritmos biológicos.
Es así como surge el concepto del cronofitness. “Una estrategia que se basa en la idea de que el momento en el que realizamos actividad física puede tener un impacto significativo en nuestro rendimiento y en los efectos físicos y mentales de nuestras rutinas de ejercicio", explica Gonzalo Hernández entrenador físico especializado en optimización del entrenamiento y readaptación.
Esta técnica tiene en cuenta los ritmos circadianos del cuerpo, que son los patrones naturales de actividad y descanso que siguen un ciclo de aproximadamente 24 horas, para optimizar el momento en que hacemos ejercicio.
En pocas palabras, busca entender cómo funciona el reloj biológico con el objetivo de maximizar los efectos de la actividad física.
Por qué el cronofitness puede resultar beneficioso
Hay momentos del día, como la mañana, en los que tenemos niveles más altos de energía debido a los ritmos circadianos, lo que puede ser beneficioso para la práctica de ejercicio, explica Gonzalo Hernández.
Elegir la mañana para entrenar también impacta beneficiosamente en la calidad del sueño. Estudios asocian que entrenar entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana repercute en un peor descanso, posiblemente debido a que el cuerpo en estas horas está programado para estar menos activo.
Este estudio revela, además, que para mejorar la parte cardio, la mejor hora para realizar actividad física es entre las 8 y las 11 de la mañana, lo mismo para perder masa grasa. "En cambio, si buscás aumentar tu masa muscular, las horas de la tarde serían las más efectivas ya que es a estas horas cuando nuestros músculos están en su punto de máxima fuerza”.
Hernández subraya que la aplicación de esta técnica puede variar de una persona a otra, por lo que es esencial encontrar el momento que mejor se adapte a tus necesidades y preferencias personales.
En caso de realizar el ejercicio por la tarde, sobre todo si se va a hacer ejercicio intenso, aconseja realizarlo al menos con un margen de 4 horas antes de acostarse. “De lo contrario, el cuerpo se va a la cama con un nivel de actividad bastante elevado y puede que nos cueste conciliar el sueño”.
El especialista destaca, además, la relación entre el deporte y las hormonas. Por ejemplo, el ejercicio aeróbico puede aumentar la liberación de endorfinas, hormonas que mejoran el estado de ánimo, mientras que el ejercicio de resistencia puede aumentar la producción de hormonas como la testosterona, que están relacionadas con el crecimiento muscular. Además, el ejercicio regular contribuye a regular los niveles de cortisol y mejorar la sensibilidad a la insulina.
Finalmente, menciona que los ritmos cicardianos también influyen en la recuperación post ejercicio, que resulta más eficiente durante la noche debido a la liberación de hormonas de crecimiento y a la reparación celular que ocurre durante el sueño profundo.
De esta manera, "es importante asegurarse de que haya suficiente tiempo entre el ejercicio y el sueño para permitir una recuperación óptima", concluye el especialista.
Fotos: Pinterest
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