Es habitual vivir escenas de agobio, nervios y estrés por parte de nuestros hijos e hijas en época de exámenes. ¿Sienten terror? ¿Se crea un ambiente familiar complicado hasta que se examinan? Laura Lewin nos proporciona unos útiles consejos para enfrentarnos mejor a esta situación
1. La multitarea es un mito
Debemos hacer una cosa detrás de la otra, no todas a la vez. Cuando nos distraemos, nos cuesta mucho volver a concentrarnos, por eso, asegurate de que tu hijo “prepare” su lugar de estudio: que no lo interrumpan, que deje su celular lejos, que tenga agua, sus apuntes o lo que necesite a mano.
2. Estudiar con amigos
El cerebro es social. Cuando estudiamos con uno o dos amigos, haciéndonos preguntas y repasando, ayudamos a que la información llegue mejor a la memoria de largo plazo. No lo mandes a su habitación a estudiar solo: mejor que estudiar solo, es estudiar acompañado.
3. La repetición
Hay que repetir para recordar. Si leemos una vez y pasamos a otra tema, el cerebro no lo toma como importante y no generamos conexiones neuronales fuertes. Hay que repetir la información pero en diferentes momentos. Estudiar en varios días diferentes, repitiendo la información es más efectivo que estudiar todo en un solo día.
4. Recreos cerebrales
El cerebro también se cansa. Recordale a tu hijo que tome recreos cerebrales de 10 minutos cada hora / hora y media de estudio. Que salga a caminar, que baile, que se mueva. Al movernos, sube la sangre oxigenada al cerebro lo que nos permite pensar con más agudeza mental.
5. Dormir muy bien la noche anterior
No dormir después de estudiar e ir derecho a rendir es muy poco beneficioso. En cambio, si estudian, y después duermen bien a la noche, van a recordar mucho más, porque el sueño consolida la memoria.
6. Técnicas de relajación
¿Quién no ha tenido que atravesar nervios o temores antes de rendir un examen? ¿A quién no se le ha puesto la mente en blanco ante una pregunta en un oral? Relajarnos a través de una meditación, visualización, mindfulness, o cualquier técnica que nos ayude a relajarnos, reducirá el estrés.
Cuando estamos con miedo o mucha tensión, el organismo segrega cortisol -una de las hormonas del estrés- lo que inhibe el aprendizaje y no nos permite recordar. Ayuda a tu hijo a implementar alguna técnica de relajación para que sus emociones trabajen a su favor, y no en contra.
7. Segmentar
Es más provechoso estudiar poco a poco, que todo junto. Ayuda a tus hijos a esparcir sus momentos de estudio.
Y no nos olvidemos que si les va mal, cometer errores es parte del proceso de aprender. Un examen no los define como personas. Aprender de los fracasos nos ayuda a ser más resilientes.
Los adolescentes que no aprendan a “fracasar con dignidad” serán adultos sin perseverancia, y no creerán en sus habilidades de esforzarse para tener éxito.
Agradecemos el asesoramiento a Laura Lewin, especialista en educación y autora.