Durante el mes de junio, en todo el mundo se conmemora el “Mes internacional del cuidado de la fertilidad”. Esta fecha está dedicada a todas aquellas personas que desean concebir un hijo y no pueden lograrlo de manera natural, por lo que recurren a técnicas de reproducción asistida. En relación con esta conmemoración, analizamos cómo fluctúan estadísticamente las formas y momentos en los que convertirse en madre y la maternidad en la Argentina
La maternidad en Argentina está experimentando un notable cambio demográfico. Factores como el desarrollo profesional, la autonomía financiera, el acceso a métodos anticonceptivos, el aumento de hogares monoparentales y la diversidad de modelos familiares son factores claves que influyen significativamente en este fenómeno.
Cambios en la tasa de natalidad y fecundidad
En las últimas décadas, los países de medianos y altos ingresos, incluyendo Argentina, han visto una disminución en la tasa de natalidad y fecundidad. A nivel mundial, la tasa de fecundidad descendió de 3,3 hijos por mujer en 1990 a 2,3 en 2022, según datos del Banco Mundial. Argentina también se suma a esta tendencia, pasando de una tasa de fecundidad de 2,35 en 2010 a 1,88 hijos por mujer en 2022.
Aumento en la edad promedio de embarazo
El Informe de Natalidad y Fecundidad en Argentina (1980-2019), publicado por la Dirección Nacional de Población en 2021, revela que en los años 1980, 1991 y 2001, los mayores niveles de fecundidad se concentraban en mujeres de 25-29 años. En 2019, este grupo etario se desplazó a las mujeres de 30-34 años.
Romina Pesce, médica especializada en ginecología y obstetricia (MN 105243), señala que el acceso a la educación y la inserción laboral de las mujeres son cruciales para entender este cambio. Muchas mujeres prefieren establecerse profesionalmente antes de formar una familia. Además, el acceso a métodos anticonceptivos y la mayor aceptación de modelos familiares diversos permiten a las mujeres decidir con mayor libertad cuándo tener hijos.
Consecuencias de la maternidad tardía
La maternidad tardía trae tanto ventajas como desafíos. La autonomía y la libertad para decidir sobre la vida reproductiva son aspectos positivos. Sin embargo, la maternidad a edades avanzadas puede aumentar el riesgo de infertilidad y complicaciones durante el embarazo y el parto. Es por eso, que la doctora Pesce advierte sobre la falsa percepción de que los tratamientos de fertilización asistida (TRA) pueden solucionar todos los problemas de infertilidad relacionados con la edad.
La decisión de ser madre es crucial y debe tomarse de manera libre, responsable e informada. Implica una gran responsabilidad y compromiso de por vida. En el contexto del Mes de la Fertilidad, es fundamental consultar con profesionales de la salud para comprender mejor las opciones y tomar medidas proactivas para garantizar la salud reproductiva.
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