Livings, comedores, dormitorios, baños y hasta zonas de paso. Al momento de decorar cualquiera de estos ambientes de la casa es muy común que se comentan ciertos errores que pueden influir en la estética y en la funcionalidad, generando así el efecto contrario al buscado.
Acá te contamos cuáles son y cómo podés evitarlos.
Elegir mal el color de las paredes
El color de las paredes puede ser el responsable de definir el estilo y la personalidad del ambiente. Por eso lo más recomendable al momento del elegirlo es tener en cuenta el tamaño del espacio en cuestión, analizando cuánta luz natural recibe durante el día y qué otros colores estarán presentes en el mismo ambiente.
Si se trata de un espacio reducido, una buena opción es utilizar una base neutra para luego sumar toques de color a través de diferentes complementos decorativos.
Tapar la luz natural
Es ley: cuanta más luz natural haya en el ambiente más amplio parecerá. Por eso es importante evitar caer en el error de tapar su entrada con muebles o colocar cortinas muy gruesas y oscuras.
Colgar cuadros con tamaño o altura inadecuada
Al momento de elegir un cuadro para decorar las paredes de cualquier ambiente de la casa, además de guiarnos por su estética, resulta fundamental tener en cuenta la proporción -tanto con la pared como con los muebles- la altura visual y el tamaño total del espacio. De esta manera, se evita que quede desproporcionado o "perdido en el ambiente".
Malas proporciones
Las proporciones son fundamentales en cualquier ambiente de la casa. Y esto aplica al momento de elegir muebles como otros complementos decorativos como alfombras. Lo más importante es pensar en que no sea ni muy pequeño ni muy grande para el espacio en cuestión.
Una mala iluminación artificial
Una correcta iluminación, acorde a lo que se busque generar, puede cambiar por completo la estética del espacio y contribuir directamente en la funcionalidad.
Sobrecargar el espacio
Cuando se trata de decorar no es necesario exponer absolutamente todo. La clave está en buscar el mejor equilibrio para que el espacio no se vea sobrecargado pero tampoco vacío. Lo bueno de la decoración es que no es estática y cada cierto tiempo podés ir cambiando las cosas, colocando lo que realmente elijas y uses.