El 2020 no fue un año fácil para nadie pero Andrea Rincón lo pasó realmente muy mal: dedicó gran parte del año a cuidar a su abuela Tita que falleció en el mes de septiembre.
“Fue muy duro para mí. Mi abuela estaba bastante bien pero, cuando en marzo se decretó el aislamiento, comenzó con problemas de salud y no había forma de que las cuidadoras llegaran a su casa así que yo me dediqué a ella hasta que murió. Y cuando hablo de ocuparme de ella me refiero a todo: desde darle de comer, hasta bañarla y cambiarle los pañales. Fue muy fuerte y me dejó súper golpeada. De hecho, cuando murió, sentí que tuve un retroceso a nivel emocional que me llevó a un lugar muy feo y triste de mi infancia y adolescencia”, asegura la actriz.
A la muerte de su abuela se sumó la angustia de pasar casi todo el aislamiento sola, en su departamento del barrio de Belgrano. “Estaba muy triste y lo que hice fue un spa de amigos: “Viví 10 días en la casa de Juli (Ortega), 10 en lo de Gastón (Pauls) y 10 en lo de mi amiga y terapeuta Gloria (Luna). Esos 20 días me ayudaron a sanar”, confiesa.
Sus ángeles guardianes
En algún momento circuló el rumor de que Andrea y Gastón Pauls estaban en pareja pero ella lo niega terminantemente. “¡Nada que ver! A la gente le gusta inventar. Somos súper amigos, confidentes e incondicionales. Lo mío con Gastón es un vínculo para toda la vida. De hecho, yo ahora digo que él es mi ángel guardián porque, cuando murió mi abuela y yo volví a casa a encerrarme tan angustiada, fue justamente él quien me vino a buscar y me llevó a la suya. En su casa empecé a recuperarme de a poco”, explica la particiapante de Masterchef.
También la une una relación espcial a Julieta Ortega. “Ella es todo para mi: no sólo mi amiga y mi hermana, también mi guía y la que me contiene siempre”, asegura.
Y cuenta una anécdota muy divertida: “Un día fui al chino a comprar pan negro y no había. Eso me generó una crisis total. Pero total, ¿eh? Como cuando se fue Juanse de Masterchef, ponele. Quería pararme enfrente a la caja y gritar: ¡¿Cómo no hay pan negro?! Lo sentí como un drama porque yo no manejo niveles de intensidad: para mi todo es grave y amerita llanto y amargura".
"A partir de ese día tan absurdo, cada vez que se me presenta una situación que a mi me genera angustia yo la llamo a Juli (Ortega) -que es la persona más fría y racional del mundo- le explico lo que pasó y ella me responde: “Esto es: no hay pan negro, Andrea”. Onda: una estupidez. O no, a veces me dice: “Te están tomando el pelo, amiga: actuá”, explica Rincó.
Andrea asegura que sus amigos ocupan un lugar muy especial en su vida: “Soy muy afortunada por tenerlos. Yo siento que ellos son mi familia”.