Llamamos frutos rojos -también conocidas como frutos del bosque- a las grosellas, arándanos, moras, endrinas (o ciruelas silvestres), frambuesas y frutillas. Todas ellas contienen fibra, vitaminas, minerales y oligoelementos, además de variedad de fitoquímicos. La mayor diferencia la aportan los flavonoides, compuestos bioactivos que intervienen en las propiedades sensoriales de las frutas (colores intensos rojos y morados, sabor ácido...) y que se destacan por su papel antioxidante.
Un estudio reciente, basado en la técnica observacional, analiza la relación entre el consumo habitual de diferentes clases de flavonoides y el desarrollo de hipertensión. Sus conclusiones consolidan el papel preventivo de los alimentos ricos en estos compuestos, como son los frutos del bosque.
Miles de personas padecen hipertensión en nuestro país y, casi el 55 % de las afectadas, son mujeres. ¿Lo peor? Esta afección no presenta síntomas fácilmente identificables pero debe ser controlada periódicamente para lograr un diagnóstico certero y prevenir otros trastornos en el organismo.
Los flavonoides de las frutas rojas
En la naturaleza hay más de 6.000 compuestos diferentes de los denominados flavonoides. Entre ellos destacan las antocianinas, que se encuentran en los frutos rojos -es más, sus pigmentos son los que les confieren el color rojo-azulado típico de los frutos del bosque (arándanos rojos o azules, moras...)- y está comprobado que el consumo de antocianinas se asocia a un menor riesgo de desarrollar hipertensión arterial. Una ración de frutas como las grosellas o los arándanos (un bol) puede contener más de 500 ml de antocianinas.
Los efectos antioxidantes
Los antioxidantes de los vegetales son, en general, capaces de bloquear la acción de los “radicales libres”, unas sustancias que provocan daño celular y están implicadas en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer y determinados trastornos degenerativos.
En las bases de datos de alimentos que reflejan el contenido antioxidante de los alimentos, las frutas rojas -como frutillas, moras, arándanos y grosellas- ocupan las primeras posiciones. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que un mayor contenido de estas sustancias no refleja que este alimento sea más saludable que otro, ya que depende de que los antioxidantes se absorban o no, lo cual está aún en estudio.