La Reina Isabel II, a sus 94 años, se ha convertido en la monarca más longeva de la historia de la realeza. Algo que no es sencillo, llegar a esa edad y con tanta salud y bienestar.
Pero, más allá de la buena genética, la reina tiene varios secretos para estar bien a su edad. Hace caminatas, los paseos a caballo, utiliza muy poco maquillaje y, de hecho, es bastante reacia a tomar sol.
En cuanto a la alimentación, la reina de Inglaterra es muy medida. Por supuesto que también se da sus gustos, como el té de las cinco con sándwiches y bollos.
“Ella toma siempre la porción más pequeña del pastel. Como suelen aconsejar los dietistas, debe darse permiso para comer dulces de manera ocasional”, cuenta Bryan Kozlowski, un experto en monarquías.
Lo que sí hay que decir es que la reina tiene una debilidad y es el alcohol. Durante 11 años, consumió cuatro bebidas alcohólicas por día. Quizá le fue beneficioso.
También, al igual que su madre hacía, ejercita su cerebro. Está bastante tiempo leyendo y estudiando diversas cuestiones de su interés.
“Uno de sus pasatiempos favoritos es ayudar a los primeros ministros durante las sesiones informativas en el Palacio de Buckingham al mencionar un asunto político o constitucional del que no saben nada”, cuentan.