La interpretación de Madonna de Evita Perón en la película dirigida por Alan Parker fue, definitivamente lo más destacado en su errática carrera como actriz. “Eva Perón fue para mí una fuente de inspiración”, decía la cantante, siempre obsesionada con encarnar al emblemático personaje de la historia argentina. Durante más de siete años leyó sobre ella y buscó la mejor manera de trasladar su sueño a la pantalla, y estaba decidida a hacerlo.
Con esa misma convicción llegó en febrero de 1996 a la Argentina, algunas semanas antes de que comenzara el rodaje del film, para sumergirse en la atmósfera del país aun cuando sabía que podría haber un clima hostil y que su presencia podía ser tomado como una provocación. Pero, ¿quién más que ella estaba acostumbrada a transgredir y caminar en la cornisa?
ESTRELLA EN PELIGRO. “Temen que agredan a Madonna” decían los medios de la época según datos de los servicios de inteligencia que se referían a “altas probabilidades” de algún ataque contra Madonna. Así, el Gobierno de Carlos Menem indicó a la Policía Federal reforzar el operativo de seguridad sobre todo durante las jornadas de rodaje en exteriores.
Al parecer, las amenazas tenían su origen en grupos peronistas de derecha y de la ultra izquierda. Aunque el Ministerio del Interior minimizaba la cuestión y sugerían que más que algún huevo al aire en alguna locación no iba a suceder nada más, la señal de alerta estaba instalada y en el aire no se recibían las mejores señales: semanas antes de la llegada del equipo de rodaje de la superproducción sectores del oficialismo llegaron a proponer recibir a todos los actores (en el elenco también estaban Johnathan Pryce y Antonio Banderas) y técnicos como “personas no gratas”. Así que, imagínense lo que podía esperar la protagonista de la película basada en el polémico musical de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice.
CAVIAR CON CHAMPAGNE. Durante sus días en Buenos Aires la diva se reunió con referentes del peronismo, con asesores del Gobierno y con algunos artistas, como María Elena Walsh y Sara Facio, cuyo testimonio fue uno de los más elocuentes. La fotógrafa contó que la cantante quiso causar una primera buena impresión llegando a la reunión con “look Evita” incorporado, con el clásico rodete, por supuesto.
Madonna también tuvo su encuentro mano a mano con el presidente Carlos Menem, caviar y espumante de por medio. “Me dijo que yo le recordaba a Eva Perón. Tratamos de impresionarnos mutuamente. Y creo que ambos lo logramos –contaba la diva por aquellos días- Toda la experiencia fue totalmente surrealista. Hablamos de misticismo y reencarnación, de música y política”.
Así fue como Madonna, 22 años atrás, cumplió el sueño de su vida. Y su encarnación de Eva Duarte llegó a su máxima expresión la noche del sábado 9 de marzo de 1996, cuando asomó a la Plaza de Mayo –con 2.000 extras- desde el balcón de la Casa Rosada y cantó “Don´t cry for me Argentina”.
Texto: Redacción Para Ti. Fotos: Archivo Atlántida.