Desde hace diez años Liliana Guzzini (60) y Carolina Pérez (36) –madre e hija– se dedican a su emprendimiento Cerámicas Huasimanta. En el taller que tienen en su casa, en Ituzaingó, venden vajilla de todo tipo: tazas (línea rayada $ 130), cuencos, platos, ensaladeras ($ 340), cazuelas ($ 150), juegos de té, café y mate. “Todo arranca con un tiempo de prueba y error, cambiamos y agregamos cosas hasta que estamos conformes con algo y ahí lo lanzamos”, dice Carolina, que decidió unirse al proyecto de su mamá a raíz de no encontrar su vocación –había estudiado Ciencias Económicas y Biología–.
Desde chica veía cómo su mamá hacía objetos de cerámica que le costaba vender los fines de semana en diferentes ferias artesanales. Y al ver que necesitaba ayuda y, sobre todo, “una mirada más comercial”, no dudó en que ése iba a ser su proyecto juntas. Hoy, diez años después, las dos se encargan de realizar las piezas y de pintarlas, pero Liliana está más tiempo en el taller y su hija se encarga de las redes sociales y la comunicación de la marca. “Hacemos este trabajo con mucha dedicación y los clientes lo reconocen. Nuestros diseños y las tres líneas diferentes que tenemos son muy características nuestras; somos súper hinchas con la terminación, queremos que todo salga diez puntos”, concluyen. Además, cuentan con un showroom al que se puede acudir únicamente con cita previa. Tienda online: www.huasimanta.com.ar
textos CANDELA URTA