Lleva una remera blanca ajustada y una campera rosa, sonríe a la cámara y acomoda su larguísimo pelo rubio para que se luzca mejor en las fotos y es inevitable pensar en lo diferentes que son Maite y Juani (hoy ya, oficialmente, Juan, el chico trans que interpreta en 100 días para enamorarse).
-¿Te reconocen en la calle, Maite?
-¿Sabés que no? ¡Casi nadie! Y me da pena porque me gustaría tener una devolución de la gente sobre cómo interpreto a Juan.
-¿Pero sos consciente del protagonismo que cobró tu personaje en la historia y de que sos la ídola de niños y adolescentes?
-(Sonríe) Sí, lo noto. Es increíble lo que está pasando con el personaje y me genera una gran emoción porque siento que era necesario algo así en la tevé, alguien con un conflicto de identidad de género. Lo vivo con mucha responsabilidad y para ello trabajo en la forma de hablar, en determinados gestos y hasta en mi postura corporal.
-¿Hubo alguna escena en particular que te costó más interpretar?
-Una muy importante: en la que le digo a mi mamá, Antonia (Nancy Dupláa, 48), que quiero ser hombre. Fue una escena difícil y, cuando terminamos de grabarla, no me gustó nada de nada. Sentí que no resultaba creíble. Pero debo decir que la edición la mejoró a pleno y, cuando la vi al aire, me gustó. Y es raro porque yo soy hipercrítica conmigo, muy insegura; siempre pienso: esto podría haberlo hecho mejor.
-Interpretaste a la hija autista de Pablo Echarri (48) en El elegido y ahora Nancy Dupláa es tu mamá en 100 días para enamorarse… Ya estás como para que te adopten en la vida real, ¿no?
-(Suelta una carcajada) ¡Tal cual! Yo los adoro a ellos. Nancy me cuenta que Pablo mira la novela y le dice: “¡Qué grande y linda está Maite! ¡Cómo creció!”, y me da una ternura tremenda. Con Nancy tengo una química especial y siento que ella debe ser, en la vida real, tan madraza como se la ve en la tira. Con Pablo me reencontré ahora, hace un par de semanas, luego de siete años sin vernos, en la casa de Mex Urtizberea (57) que organizó una fiesta para todo el elenco.
-¿Vivís con tus padres? ¿Tenés hermanos?
-Vivo con mis padres, soy hija única ¡y me hubiera encantado tener hermanos! Reconozco que fui y soy un poco malcriada: no sé cocinar ni un huevo frito y mi dormitorio es un caos total… ¡Soy súper desordenada! El día que decida irme a vivir sola voy a tener que aprender a llevar adelante una casa porque estoy muy mal acostumbrada.
-¿Estás de novia?
-No, estoy sola.
-¿Tenés más levante desde que te convertiste en una de las estrellas de 100 días para enamorarse?
-Desde que interpreto a Juani tengo mucho levante entre las mujeres, ¡se me acercan sólo minas! Tengo que vivir aclarando “chicas, lo mío es un personaje, ¡en la vida real me gustan los hombres!” (Se ríe) Me contó Malena (Narvay, 20) que a ella también le pasa, pero menos que a mí porque está de novia con Julián Serrano y ya todos lo saben.
-¿Qué proyectos te quedan para este 2018?
-Me anoté en la UNA (Universidad Nacional de las Artes) en una carrera que se llama Licenciatura en actuación y curso dos materias, por ahora. Me gustaría sumar algunas más, pero no tengo tiempo. Más adelante también quiero estudiar Comunicación Social. Y algo muy importante a nivel laboral: en septiembre se estrena un film para chicos que protagonizo y se llama Yanka, el espíritu del volcán. Es una historia con mucha aventura y acción, ¡está buenísima! Por otra parte, este año hice una participación en la película Bruja y cumplí mi sueño de actuar con Érica Rivas (43).
-¿Érica es tu referente en la actuación?
-Sí, total. Siento que es una actriz increíble, súper completa porque puede hacer tanto un drama como una comedia y todo se lo creés. Ningún personaje le queda grande. El otro día la vi en una peli que se llama La luz incidente y me impactó. La admiro mucho de verdad.
Textos: Juliana Ferrini. Producción: Pilar Resta.