Cuando parecía que los compromisos y la agenda llena tenían a la reina al borde de una crisis, Máxima reapareció y fue toda sonrisas. Así se mostró junto a su familia esquiando por las pistas de Lech
Máxima está de vuelta. Máxima se muestra feliz... de nuevo. Así se mostró en las pistas de esquí de Lech, Austria, en las tradicionales fotos oficiales que año a año reúne a la familia real holandesa con la prensa.
Una vez tomadas las fotos oficiales (decenas de fotógrafos se ponen en posición desde temprano para lograr las mejores tomas de la familia real holandesa), la reina de Holanda disfrutó: se sabe que adora esquiar, que necesitaba estas vacaciones invernales -que acaban de comenzar- y que desde muy chica es una experta deportista.
Así, la reina fue quien lideró la bajada "real" por las pistas que fue captada por medios de todo el mundo. Ante los flashes de la prensa, Máxima sonrió.
La reina de la sobriedad
El retrato en las pistas austríacas de Lech es un clásico para la familia real holandesa. Se trata de un acontecimiento que lleva meses de planificación (en especial qué medios y cuáles no serán invitados) y todos los miembros de la familia real lo tienen en sus agendas. Saben con antelación qué usarán o cómo lucirán.
Como cada evento oficial, cada detalle cuenta.
Máxima lo sabe y la elección de su outfit no fue al azar. Para esta ocasión la reina optó por su conjunto de esquí favorito: el mismo que usó el año pasado. En un bordó con negro, bien sobrio que la destacaba del resto de los esquiadores.
El mismo atuendo para la misma foto, en el mismo lugar. Lo acompañó de un pañuelo estampado de seda para cuidar su garganta y un chaleco polar. A la hora de esquiar, Máxima optó por gafas de sol para protegerse del reflejo de la nieve.
La reina repitió outfit. No así el rey Guillermo (quien cambió el apagado gris de 2019 por un equipo blanco, su versión 2020).
Con una ayudita real
Ver a Máxima de Holanda sonriendo, en compañía de su marido y de sus tres hijas (Amalia, Ariane y Alexia) fue todo un alivio.
El estado de salud de la reina venía preocupando al pueblo holandés. Y hacía tiempo que la soberana no se mostraba en público sonriendo y en compañía de su familia.
En esta ocasión la soberana contó con un apoyo fiel y valedero: el de su suegra, la exreina Beatrix (hoy llamada princesa de Holanda). Pocas como ella saben lo que Máxima necesitaba estas vacaciones.