El día final llegó, los duques de Sussex cumplieron y asistieron juntos al servicio por el Día del Commonwealth en Londres. Con Kate, William, el príncipe Carlos y la misma reina... pero los únicos que se mostraron felices de verlos fueron los del pueblo.
Fue el día más esperado en el calendario británico desde que comenzó 2020. Desde el Megxit, todas las miradas estaban puestas en el 9 de marzo, el Día del Commonwealth designado como última aparición de los duques de Sussex, de Meghan y de Harry como representantes oficiales de la Familia Real.
La gente va llegando a al baile
Uno a uno, así se los vio llegar. Tras los invitados especiales (personalidades como el primer ministro Boris Johnson o la exSpice Girl Geri Halliwell) llegó la plana mayor de la Familia Real. La misma que sí acepta trabajar para Palacio y recibir un sueldo a cambio de representar a la reina, se acercó a la Abadía de Westminster en Londres.
Se trató de una cita ineludible. Y es que la reina no pide mucho a su familia, pero cuando pide, pide enfáticamente: todos debían estar allí reunidos. Incluso Meghan y Harry. Si querían dejar sus deberes para con los Windsor, los duques debían esperar a este último día.
Así se los vio llegar a Kate y a William en su regreso de Irlanda. Con una duquesa segura de sí misma, espléndidamente lookeada y manejándose por el lugar cual anfitriona.
Como futuros rey y reina consorte, los duques de Cambridge están bien al tanto de qué y cómo se deben hacer las cosas.
Así se reunieron con el príncipe Carlos, su mujer Camilla duquesa de Cornualles y también con los tíos de William: el conde de Wessex y la condesa Sophie (quien, dicen, ya reemplaza el lugar dejado por Meghan en sus actos oficiales).
El príncipe William solo asintió cuando su hermano lo saludó al entrar al lugar. Un gesto que se vio públicamente y que pronto se hizo viral.
Desde hace cuatro meses que la relación entre los hermanos cambió drásticamente.
La ley y el orden
Allí llego la reina. Isabel II se hizo presente en la Abadía de Westminster. El Día del Commonwealth se trata de una fecha muy importante en su reinado y quería que su nieto favorito estuviera presente.
Su presencia y la de Meghan (el bisnieto Archie, ausente con aviso): este fue el último favor que le pidió previo a su regreso a Canadá y a dejar de usar el térmico "reales".
Esta fue la primera vez que la reina vio a la duquesa de Sussex desde que le anunciaran la decisión.
La última mirada
Y, a su llegada Meghan fue el centro de las miradas. Una llegada triunfal (de la mano, bien apretada del príncipe Harry) en un verde (¿esperanza?, ¿sustentanble?). La duquesa le hizo frente a la situación con una sonrisa.
No solo enfrentaba al público por última vez como miembro activo de la Familia Real... también le tocó verse las caras con su familia política quien la culpa sin disimulo del cambio de Harry y su éxodo de Gran Bretaña.
Acorde a las tradiciones, Harry y Meghan tomaron asiento tras los herederos de la reina Isabel. Harry siempre fue el segundo... hoy es el sexto en la línea de sucesión en realidad.
Así se los vio detrás de su abuela, de su papá el príncipe de Gales (a quien no ve desde la "reunión de separación de bienes" en enero), su madrastra Camilla, su hermano William (serio, muy serio) y su cuñada y (¿ex?) amiga Kate.
Esta fue la primera vez desde noviembre que los "Cuatro Fantásticos" -como se los llamaba a William, Kate, Meghan y a Harry, esperanza de la joven realeza británica- volvieron a mostrarse juntos. Ni una foto de los cuatro posando juntos.
Aún así, el servicio transcurrió en paz. El Día del Commonwealth celebra a las 54 naciones del a mancomunidad que incluye países de África, Asia, América y el Caribe así como de Europa. Hubo himno, "God Save The Queen" y desfiles de banderas, música y discurso de la reina remarcando la importancia de la diversidad.
Es una de las fechas más importantes de la Corona y así, las redes sociales del Palacio se tomaron el trabajo de arrobar a los duques en este, su último acto oficial: @sussexroyal de la misma manera que lo hicieron con la casa del príncipe Carlos (Clarence House) y la de William (Kensington Royal).
Bye bye
No hubo besos, ni saludos fuera de cámara entre los parientes. No hubo té ni reunión posterior, ni los clásicos "¡que no se corte!!
En Westminster Abbey cada royal cumplió con su papel. Saludó al pueblo que esperaba a la salida, expectante, se mostró cercano con ellos y luego... cada cual se fue por su lado. Fue el adiós real a los duques de Sussex: trabajo terminado.