Con un efusivo saludo a Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá, quedó claro que cuando la primera dama norteamericana se aburre en los actos del presidente Donald Trump encuentra cómo entretenerse... y dar que hablar.
Éste es EL saludo que generó los comentarios. El de Melania Trump y su fugaz beso en la mejilla a Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá. Efusivo, atento e inusualmente simpático para ella, siempre tan enigmática y protocolar.
Sucedió en la Cumbre del G7 en Francia donde el gesto de Melania dio que hablar. La primera dama de los Estados Unidos, acompañó a su marido Donal Trump en el encuentro que reúne a los mandatarios de los países es más poderosos del mundo.
En su rol de +1, Melania se codeó con la crème de la créme de la política internacional y esta vez supo cómo sacar partido del viaje: se ve que aprovechó los encuentros para hacer buenas migas con sus vecinos, de Canadá.
Con pasos firmes, Melania no da puntada sin hilo. Sin soltarle la mano a Donald Trump (parado a su lado, impoluto) y, a sabiendas de que los fotógrafos del mundo estaban captando cada momento, la primera dama estadounidense se lanzó sobre Trudeau con un efusivo beso. Bien coqueta.
Fue un instante memorable de la cumbre que se lleva a cabo en Biarritz, Francia y que tomó por sorpresa a un Trudeau que esta vez viajó sin su mujer, Sophie Grégoire.
Pero dicen que los franceses son mejores anfitriones. Y, para que Donald (a cara de perro, testigo del momento) no se sintiera menos, la primera dama de Francia, Brigitte Macron, tomó la iniciativa.
La esposa de Emmanuel Macron se encargó de repetir el gesto de Melania saludando (ella también de manera entusiasta) al presidente de los Estados Unidos Donald Trump con su respectivo beso. Como para hacerlos sentir como en casa.
La primera dama de Francia equiparó las cosas. ¿La habrá agradecido Donald Trump el gesto?