El negro fue el común denominador en la pasarela de Dior, uno de los desfiles más esperados de alta costura de la semana de la moda en París. Además, la colección rindió tributo al arquitecto Bernard Rudofsky e incluyó un diseño muy original de un vestido-casa.
La capital francesa está de fiesta: desde fines de junio se dan cita los desfiles de Alta Costura de las marcas más importantes del mundo para la temporada otoño/invierno 2019/2020. Uno de los más esperados es el de Dior, que siempre se destaca por sus front rows colmados de Vip´s.
Entre 16.000 y 60.000 euros por prenda. Ese puede ser el precio de cualquiera de los diseños que se ha subido a la pasarelas de la colección de Alta Costura en París.
Maria Grazia Chiuri le encargó a la artista Penny Slinger una escenografía especial para esta puesta en escena: fuego, aire, agua y un árbol de 15 metros en el interior de 30 Avenue Montaigne.
El común denominador en la pasarela fue el negro que cada tanto se rompía con el blanco, los tonos metálicos y algún que otro color irisado.
Mucho volumen y mezclas de texturas, faldas largas e irregulares, encajes, red, plumas y abundante tul. Los velos negros de tul cubrían rostros, hombros y parte de los brazos.
Gran parte de la colección estaba inspirada en Bernard Rudofsky (escritor, arquitecto, coleccionista, profesor y diseñador), por eso podría decirse que es una colección que juega con las formas. Y a modo de homenaje la Maison Dior le dedicó un vestido-casa.