Burberry con sus gabardinas, Launer con sus carteras y Fortnum & Mason con sus té. En total son alrededor de 620 las marcas que tienen el Royal Warrant of Appointment. Un reconocimiento como proveedor real que cambia con la Reina Isabel II y deberá ser renovado por el nuevo Rey Carlos III.
Un sello de Oro
El "royal warrant" es un sello que otorga la Reina, el Duque e Edimburgo y el Príncipe de Gales y es garantía de ventas. En los 80, por ejemplo, cuando Lady Di lució las botas Hunter se agotaron en minutos. Hoy son un clásico. Pero no sólo es otorgado a marcas de moda, también aplica para la gastronomía o artesanía. Todos quieren tenerlos en sus empresas.
Con historia
Fue en 1840 cuando se creó el Royal Warrant Holders Association. Éste es el encargado de darle a las marcas una distinción tras haber sido proveedor de la Casa Real por al menos 5 años. Una decisión que solo toma la Reina o Rey, el Duque de Edimburgo (un título actualmente vacante) o el Príncipe de Gales. La realeza es en Inglaterra una marca registrada en sí misma, por eso todas las firmas quieren tener este sello que es sinónimo de prestigio y de éxito en ventas.
Nuevo Rey, nuevas empresas
La preocupación de marcas como Burberry surge tras la muerte de la Reina Isabel II. Los roles en la realeza cambiaron y ahora es el Rey Carlos III el que debe elegir las marcas a las que quiera otorgarle el sello, algo que no sucede hace 70 años y que genera una gran incertidumbre.
Órdenes anuladas
Tras conocerse el deceso de la monarca más longeva de Inglaterra todas las órdenes que había entregado quedaron anuladas. Las empresas podrán usar sus sellos por dos años más, a menos que el Rey renueve el reconocimiento. Coca Cola, Cadbury, Heinz y Johnny Walker son otras de las tantas firmas que junto a Burberry no saben si volverán a obtener estos prestigiosos sellos.