La princesa Carolina de Mónaco y su hija Charlotte Casiraghi asisteron a la ceremonia de entrega de premios de la Fundación Príncipe Pierre de Mónaco en la Ópera de Montecarlo.
La velada fue presentada por Jean-Charles Curau, Secretario General de la Fundación Príncipe Pierre y por el maestro de ceremonias. Arnaud Merlin, musicólogo, escritor, periodista y productor de France Musique.
La Fundación Príncipe Pierre, fue fundada por Rainiero de Mónaco en homenaje a su padre. Desde mediados de los sesenta, cuando nació la fundación, todos los años dos escritores son reconocidos con premios de 25.000 y 12.000 euros. La ceremonia suele contar con la representación de algún miembro de la Familia Real, en este caso fue por partida doble, madre e hija.
En esta ocasión, Carolina de Mónaco y su hija Charlotte protagonizando uno de los dúos de estilo más inspiradores del momento, ambas eligieron looks total black.
Charlotte, femenina y singular
Charlotte heredó el impecable estilo de su madre y siempre sorprende con sus fabulosos looks. Esta vez adoptó un vestido camisero de Chanel, marca de la cual es embajadora, con gran escote, mangas largas, falda vaporosa de largo midi y abotonadura central.
Un vestido que en ella consigue ese efecto de elegancia innata y je ne sais quoi tan típico del estilo francés. Remató el estilismo con unas guillerminas sin puntera atadas al tobillo y un cinturón para marcar su cintura. El pelo suelto, con apariencia de no haber sido peinado, unas uñas en color rojo y una boca a penas maquillada fueron todas las claves de su look de belleza.
Carolina de Mónaco, elegancia y sofisticación
Por lo tanto, Carolina de Mónaco representaba la sofisticación y el chic más puro gracias a un vestido túnica en color negro. Un diseño en negro en brocato de seda, de mangas al codo, línea evaseé y corte midi. La princesa combinó su vestido con unas medias negras semi traslúcidoas y unas sandalias con detalle de flecos en la capellada. Como remate, llevó un collar con un dije en color turquesa.