Además de ser uno de los diseñadores más prodigiosos, John Galliano fue el primer inglés a cargo de la dirección creativa de Christian Dior. Su nombramiento fue una gran, inesperada y codiciosa apuesta del grupo LVMH para renovar la tradicional marca francesa con un reinado de 15 años donde la maison creció en ventas, shows de moda teatrales y diseños que rankearon primeros en ventas trayendo grandes beneficios económicos a las arcas Dior.
La inspiración del diseñador no tenía límites. La era Galliano es uno de los archivos más espectaculares de costura que incluyen arte, historia y, por supuesto, moda. Algunos especialistas hasta se animan a decir que fue el último diseñador libre bajo el ala de un grupo económico que fagocita mentes creativas en pos de ventas.
La serie y la vestuarista del momento
Sex & The City fue la serie ícono de finales de los 90 y del 2000 que modificó incluso las relaciones entre las mujeres para con ellas y también con los hombres. Una verdadera joya de la cultura pop del momento con un ADN propio basado, además de las relaciones interpersonales, en la moda que hizo de ella un verdadero culto.
El vestuario de las seis temporadas estuvo a cargo de Patricia Field, una de las mejores vestuaristas de Hollywood con estilismos que se convirtieron en verdaderos fenómenos de moda. Looks que muchas veces lograron torcer los destinos de las tendencias de la industria. Sus famosos aportes trajeron a ese presente nombres olvidados de diseñadores y piezas icónicas del fashion business.
A lo largo de las temporadas pasaron los mejores zapatos de Manolo Blahnik, el impactante vestido mille feuille de organza gris de la colección de alta costura de Atelier Versace y otros accesorios. Hablando de complementos, hubo lugar para la cartera Baguette de Fendi, una de las favoritas del personaje.
En un episodio de la tercera temporada un ladrón le grita: ¡Dame la cartera! y ella responde angustiada: no es una cartera ¡es una baguette! El modelo, que se llama así porque está pensado para usarse debajo del brazo como los tradicionales panes franceses, reaparece en And Just Like That, la actual reedición. El modelito tiene un giro de uso y estilismo y la protagonista lo usa colgado del cuello como un collar. La cosa es que la serie exitosa y estilosa tiene momentos épicos de moda que acompañan escenas que, a lenguaje de hoy, fueron virales.
El vestido de periódico
En la tercera temporada de Sex & The City luego de una nueva pelea con Mr. Big y un final tormentoso con la esposa de este, Carrie Bradshaw (interpretada por Sarah Jessica Parker) cerraba el capítulo 17 caminando en cámara lenta por una concurrida calle de Manhattan con el viento moviendo su perfecta melena enrulada. Una imagen cinematográfica ideal para entender el dolor amoroso de una soltera de Nueva York de los 90, quizás la soltera más famosa de la época. Además de la pena también se destaca el vestido. Pero no cualquier vestido.
La temporada de invierno del 2000 inauguraba el nuevo milenio y también una nueva colección de prêt-à-porter en Christian Dior. En París el 28 de febrero de ese año sobre una pasarela de espejos las modelos desfilaron una colección que se multiplicaba a cada paso. Hacia el final apareció el look 34, el vestido con el estampado que no era lo que todos pensaron a primera vista. Una primera impresión errada sobre un print de un diario impreso que parecía egocéntrico.
Es el mismo vestido que se usó en la serie: una enagua corta con ruedo desigual cortada al bies con finos breteles sostenidos por dos hebillas de metal dorado con las iniciales CD que sostenían el Christian Dior Daily, un periódico creado especialmente para la colección estampado en varias prendas. Un print que además de noticias incluye los nombres de Dior y Galliano y también la cara de este último.
El estampado también llamado Gazette va más allá de un aparente ego del diseñador y refiere a la inspiración: las personas sin hogar que dormían en las calles de París tapándose con diarios para soportar el frío. Y también en los Vagabond Dances de los años 20, cuando los ricos se disfrazaban de pobres para divertirse. En esa línea Elsa Schiaparelli debutó con la estampa de diario en 1935 con un pañuelo con recortes de diarios impresos inspirándose en la sofisticada Marquesa Luisa Casatti quien durante la década del 20, deprimida, alcohólica y endeudada usaba un pedazo de diario en el cuello como detalle de frivolidad.
Con la triste realidad golpeando la puerta, la inspiración de aquella colección de Galliano que inauguraba un milenio pudo ser también una premonición, la de la gente durmiendo en las calles, una profecía triste y no deseada. La moda refleja la realidad desde un costado más ameno con aristas sociales que entre líneas resultan dolorosas.
Otro dato de color del vestido refiere al sobre precio que le dio la fama. El año pasado se subastó en la tradicional Bonhams por 15.300 euros, un valor por demás interesante si se tiene en cuenta que el precio de venta de base estuvo entre los ochocientos y mil euros.