La edición de 1996 tuvo una invitada de lujo entre todas las estrellas que habían sido convocadas para la Met Gala: nada menos que Lady Di. En aquella oportunidad se congregaron para homenajear a Christian Dior y Diana deslumbró con un vestido lencero de la firma francesa creado por John Galliano. También lució el bolso Lady Dior, accesorio que debe su nombre a la princesa.
Era color azul noche, con la parte del busto armada, detalles de encaje que rodeaban la parte del pecho y también en la parte trasera. En cuanto a las joyas con las que complementó el outfit, eran un juego de aros y un precioso collar de perlas con zafiros que le había regalado la Reina Madre por su boda con el príncipe Carlos que usó en reiteradas oportunidades. En octubre de aquel año, John Galliano había sido nombrado director creativo de la la famosa casa de alta costura, por lo que la princesa Diana fue la primera que vistió oficialmente una de las creaciones del diseñador británico para Dior. De hecho el diseñador, que visitó a la princesa tres veces en el palacio de Kensington para arreglar el vestido, no presentó su primera colección para Dior hasta enero del año siguiente.
"Aquella vez que usó un vestido lencero de Dior la prensa se la agarró con ella", recordó Vogue UK, dado que el outfit rompió con el protocolo de la casa real británica. Pese a haber creado controversia en su momento, posteriormente el atuendo se convirtió en pieza de museo y formó parte de la exposición Christian Dior: Designer of Dreams.
Si bien en los últimos años no es raro ver a princesas y reinas europeas como Rania de Jordania, Olympia y Marie Chantal de Grecia o Eugenia de York en este exclusivo evento, fue Diana la primera royal que aceptó la invitación del museo.
Aquel 9 de diciembre de 1996 ya era la ex mujer de Carlos de Inglaterra –los príncipes habían firmado su divorcio en agosto– aboró en Londres el Concorde rumbo a Nueva York para asistir a la gala, organizada ese año por la entonces editora de Harper’s Bazaar, Liz Tilberis, con el tema de Christian Dior. Durante la cena, la princesa alternó y encandiló a famosos como Bianca Jagger, Ivana Trump, la modelo Iman o la futura codirectora de la gala, Anna Wintour, pero antes de que el baile comenzara, el jet lag obligó a Diana de Gales a regresar a su suite del hotel Carlyle para descansar, decepcionando a muchos de los asistentes que habían pagado los 1.000 dólares que costó el cubierto.
El escote lencero del vestido, por otra parte, marcaría un hito en la biografía de la propia Diana, pudiendo catalogarse el diseño de Galliano como uno de los “looks de venganza” elegidos por la princesa para distanciarse de la etiqueta del palacio de Buckingham tras su sonado divorcio. El modelo resultaba tan atrevido que llegó a rumorearse que, si la princesa había abandonado la fiesta antes del baile de gala, no fue tanto por culpa del jet lag sino porque se sentía avergonzada con él puesto. Según la periodista experta en realeza Katie Nicholl, Diana de Gales incluso llegó de hecho a plantearse no ponérselo por temor a avergonzar a su hijo mayor, el príncipe Guillermo, que por entonces tenía 14 años.
Algunos de los comentarios negativos de la prensa estuvieron a cargo del diario británico The Guardian que mencionaba que la madre Rey de Inglaterra se paseó por la Gala del Met con “su camisón”. Y también el The Daily Mail, en donde la criticaron por no haber usado corpiño.