Giambattista Valli se presentó en París dando una verdadera clase de Alta Costura. Sobre la pasarela brilló un amplio arco iris que tiñeron prendas de ensueño como salidas de un cuento de hadas.
Para crear esta colección el diseñador se inspiró en el brillo y el glamour de Beverly Hills .
Los looks revivieron el vestuario cinematográfico de la década de 1940. Mangas obispo adornadas con lazos, tops de tul blanco en capas, corsét de escote corazón y los vestidos superpuestos diáfanos y brillantes definieron celestiales siluetas que nos hicieron viajar en el tiempo.
Colores empolvados como el rosa, el verde y el amarillo protagonizaron los diseños más románticos.
Metros y metros de tul definieron glamorosas y exuberantes siluetas propias de una red carpet.
Fotos: Fotonoticias.