La Semana de la Moda de Nueva York es conocida por deslumbrar con su creatividad y estilo y, esta temporada, el desfile de Carolina Herrera fue la pieza central de la elegancia y el poder.
Bajo la dirección creativa de Wes Gordon, la firma presentó su colección otoño 2024 en un escenario verdaderamente impresionante: el piso 41 de un edificio en el distrito financiero, con vistas panorámicas que abarcaban los edificios icónicos de Manhattan y Brooklyn.
El ambiente estaba cargado de anticipación. Al ingresar, los invitados tomaron sus asientos, cada uno adornado con una exquisita flor peonía rosa y las notas del espectáculo, que revelaban la inspiración detrás de la colección. Wes Gordon compartió su visión antes del desfile, hablando sobre la belleza como fuente de inspiración.
Entre la emoción y la expectativa, todos los ojos se posaron en una figura icónica: Demi Moore, la estrella de 61 años, que personifica el empoderamiento y la gracia. Su presencia añadió un je ne se quois al evento, reflejando la fuerza y la determinación que impregnaban cada pieza de la colección.
A las 10:30 de la mañana el show comenzó y las palabras de Gordon cobraron vida en la pasarela, con siluetas estilizadas y precisas, adornadas con volados ondulantes y detalles arquitectónicos. La artesanía meticulosa se manifestaba en cada tejido, cuenta y bordado, mientras que los experimentos con bloques de color y nuevas formas de dividir los tonos en el cuerpo añadían una dimensión intrigante a la paleta de colores.
El desfile fue una celebración de la esencia femenina de Carolina Herrera, con una mezcla perfecta de elementos clásicos y modernos. Las flores, los volados y las mangas voluminosas, características distintivas de la firma, se combinaron con diseños estilizados y arquitectónicos, como el jersey de cuello alto y los pantalones pitillo con falda asimétrica.
Entre las propuestas de noche, se presentaron vestidos con falda de aro, una reinterpretación moderna de los clásicos de la firma, sin las capas de enaguas de tul que los acompañaban en el pasado. Para aquellos que buscaban un toque de seducción y misterio, Gordon creó un delgado vestido negro con un escote pronunciado, digno de Madame X, ofrecía la opción perfecta.
Una de las obsesiones de Carolina Herrera siempre han sido las mangas, y es gratificante ver cómo Wes Gordon las incorpora a las colecciones, creando diseños innovadores sin perder la esencia de la firma.
En resumen, el desfile de Carolina Herrera en la NYFW fue una oda a la elegancia, el poder y la feminidad. En un escenario impresionante y con una colección impecablemente diseñada, la firma reafirmó su posición como un ícono de la moda atemporal y sofisticada.
Fotos: Roger Vekstein (@frogerveksteinph).
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