En una semana donde todas las marcas de lujo llevan sus colecciones a la pasarela, hay que buscar la manera de llamar la atención. Y Hermès lo hizo. Montó una pradera para destacarse en la Semana de la Moda de París. La idea era recrear los cuarteles de la Guardia Republicana francesa. Las modelos caminaron por senderos custodiados por pastos altos y dicen, se sentía hasta el olor de los caballos.
Hermès llevó a su pasarela el lujo silencioso y los zapatos planos fueron los grandes protagonistas de su colección. Su apuesta fueron las prendas atemporales que pueden llevarse durante todo el año.
No faltaron los accesorios ecuestres: cinturones de cuero que parecían robados del mundo hípico y carteras increíbles.
El cuero estuvo presente a lo largo de la colección en la mayoría de las prendas. En cuanto a los colores, el rojo y el borravino fueron uno de los más destacados. Le siguieron el negro, el marrón y el beige. "El rojo puede tener connotaciones bastante negativas. Quería recuperar su lado estético y simbólico de fuerza, belleza y poder", explicó la directora artística de las colecciones femeninas, Nadège Vanhee-Cybulski.
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