El martes se realizó en el palacio de Buckingham, la recepción anual para el cuerpo diplomático, que este año se convirtió en la oportunidad perfecta para demostrar la unión de la familia real mientras esperan el estreno del documental que saldrá en Netflix de Harry y Meghan. Y como no podía ser de otra manera, la princesa de Gales impactó con un vestido rojo bordado y una tiara de diamantes. Un vestido que rápidamente enloqueció a sus fans que lo consideraron el modelo ideal para llevar estas fiestas.
Galardonados
Pero mientras la familia real inglesa se mostraba unida, Harry y Meghan recibían en Nueva York un premio humanitario por combatir el "racismo estructural" de la monarquía. Es que según se pudo apreciar en el avance del documental, éste será uno de los temas que tratarán, ya que Meghan asegura haberse sentido discriminada por la familia de su marido.
Concierto de Navidad
La primera parte del documental se estrena este jueves, la segunda saldrá el 15 de diciembre. Esa misma fecha será el concierto especial de Navidad de Kate que se emitirá en Nochebuena. Un evento que ya es la segunda vez que realiza y en el que la princesa toca el piano. Se espera que los Carlos III y Camilla asistan en esta nueva edición, ya que se ausentaron en la primera.
El look de Kate
La princesa de Gales llevó un vestido rojo íntegramente bordado con flores de Jenny Packham. Además llevaba la insignia de la Orden de la Familia Real con la efigie de Isabel II, unos pendientes que pertenecían a la monarca recientemente fallecida y un broche art decó. El vestido que tenía la princesa de Gales fue alabado por sus fanáticos que vieron al diseño ideal para lucirlo en estas fiestas, especialmente por su color rojo.
Como toque final Kate escogió la tiara de las flores de loto, una joya que había lucido hace siete años y que el miércoles volvió a llevar. Una pieza creada en los años veinte por la histórica joyería Garrard. La tiara perteneció originalmente a la reina madre, fue un regalo de bodas de Jorge VI, su marido. Más tarde se la cedería a su hija menor, la princesa Margarita y era habitual verla lucirla, ya que se trataba de una de sus joyas preferidas.