Alexander McQueen eligió no participar de las semanas de la moda durante el 2020 y lanzó sus colecciones a su tiempo.
Pero la espera valió la pena, ya que sus creaciones dieron vuelta al mundo con diseños únicos y tomados como obras de arte.
Sarah Burton, directora creativa de la marca, debutó con su nueva colección a través de una serie de retratos de Paolo Roversi.
"Parece que ahora es el momento de sanar, de respirar nueva vida, de explorar ecos del pasado para enriquecer nuestro futuro", escribió Burton en las notas de la colección.
"Más que nunca, un sentido de humanidad, del equipo trabajando en conjunto con un solo objetivo, hacer algo hermoso, algo significativo, se siente valioso e importante".
Para el otoño, el equipo de Alexander McQueen se inspiró en el agua ("por sus propiedades curativas") y las anémonas ("las flores más efímeras"): "Las mujeres que usan los vestidos de anémona casi se vuelven como flores, como sus encarnación, su carácter, pero amplificado, arraigado, radiante y fuerte ".
Las flores se abstraen y se imprimen de vestidos y faldas de poliéster en color negro y oro rosa, así como blusas de jersey blanco y tejidos de punto grueso.
El estampado también aparece en las mangas de una campera motoquera de cuero negro. En otros lugares, la silueta de motociclista se suaviza y eleva con toques pensados: un escote corazón y un detalle de ojales aquí, una cintura peplum ceñida allí.
La aclamada sastrería y precisión de Alexander McQueen se ve a través del corsét y lamplias faldas, así como en el uso de finos bordados en seda, cortes asimétricos y combinaciones de telas contrastantes.