Pocas piezas hay tan atemporales como un LBD. De la pionera Coco Chanel hasta el día de hoy, todos y cada uno de los diseñadores del mundo han reinterpretado y creado su propia versión del vestidito negro.
LBD es una abreviatura de little black dress, que en español significa vestido negro corto. Una prenda exponente de la evolución de la moda a lo largo del siglo XX y XXI, sencilla y compleja como pocas, que pasó de ser símbolo del jet-set a convertirse en un imprescindible en todos los armarios femeninos.
Eternamente elegante y versátil, el LBD encarna valores tan diversos como independencia, glamour y poder. Un clásico atemporal que sobrevivió a las modas, tendencias y que hoy se volvió un ícono de estilo vayas donde vayas.
El LBD, un eterno clásico de moda
El LBD Es el compañero ideal para un cóctel informal, una cena entre amigos, un evento de mañana, una reunión de trabajo o incluso para asistir a un casamiento. El pequeño vestido negro nunca defrauda y siempre asegura éxito.
Las celebs y el street style recurren a él continuamente y se dejan seducir por su encanto y capacidad de transformación.
Es un básico completamente chic que nunca puede faltar en tu guardarropas.
La historia del LBD
Mucho antes de la época de Chanel, diseñadora a quien todos atribuimos su origen, la prenda se remonta al vestuario victoriano, en el que se llevaba como señal de luto (la propia reina Victoria vistió de negro durante 40 años tras la muerte de su marido, el príncipe Alberto).
En los años 20 (con la llegada de los vestidos de cintura baja de las flappers) y desde entonces, se convirtió en símbolo de liberación y modernidad, redefiniendo con ello cómo vestían y querían vestir las mujeres. Tanto es así que supusieron el salto a la fama de Gabrielle "Coco" Chanel, gracias a sus diseños ponibles y sin complicaciones que cambiaron constricción por comodidad.
Recordemos a Audrey Hepburn, en el papel de Holly Golightly de Desayuno en Tiffany (1961), enfundada en un vestido negro (quizá el más famosos de todos) firmado por Hubert de Givenchy. O en 1972, la opción mucho más arriesgada que propuso Mireille Darc para la maison francesa Guy Laroche : un diseño con un vertiginoso escote en la espalda revelando nalga que apareció en el film El gran rubio con un zapato negro. En los años 80, Diana de Gales solía vestir habitualmente fabulosos diseños negros de cóctel o de noche.
Hasta el final de la década de los 90, surgieron muchas otras versiones que desde entonces se alzan como principales baluartes de este estilismo: el lencero de Calvin Klein, el modelo corpiño Dolce & Gabbana, el vestido vendaje de Hervé Léger entre otros.
El LBD perduró a traves de los años ya que se convirtió en la prenda más versátil, seductora, práctica, sofisticada y funcional que tiene la habilidad de ser todoterreno y además ... súper elegante.
En conclusión, el vestido negro es todo un icono que nunca puede faltar en tu guardarropas.