Estamos en la estación del año perfecta para lookearnos con vestidos y la última tendencia impone los estampados. Largos o cortos, con flores o dibujos, de día o de noche, son el ítem de moda de esta primavera.
Un vestido es prácticamente el símbolo del verano, ya que es fresco y cómodo. Puede ser con estampa geométrica, a rayas, lunares, animal print y el favorito, floreado. Un vestido floreado ya es un básico que no puede faltar en tu placard porque es un clásico que nunca pasa de moda.
Vestidos con estampa en versión mini
Son perfectos para un look de día. Se llevan con mangas o en modo solero, con breteles.
En versión mini, lo podés llevar con sandalias planas, con zapatos con algo de taco y con botas texanas que queda cancherísimo.
La estampa con flores, el mejor look boho chic
En versión largo, el vestido es el ítem perfecto para lograr un estilismo bohemio. En modo túnica, estilo camisero, o más tradicional con cintura marcada, es la prenda favorita de la temporada.
La comodidad del ruedo irregular
Otra versión de los vestidos con estampa es el ruego irregular, más corto delante y más largo a los costados y detrás, un corte que es muy cómodo para caminar por la ciudad.