Más de un siglo de estilo argentino: 120 vestidos icónicos para celebrar la historia con la moda - Revista Para Ti
 

Más de un siglo de estilo argentino: 120 vestidos icónicos para celebrar la historia con la moda

Una exposición imperdible que recorre 120 años de diseño y transformaciones culturales en Argentina a través de creaciones únicas y emblemáticas. Así celebra su aniversario la Cámara Argentina de la Moda.
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Un viaje fascinante a través de 120 años de moda argentina. Para celebrar un hito trascendental, el 120° aniversario de la Cámara Argentina de la Moda (CAM), se inaugura una exposición única que promete deleitar a los amantes del diseño y la historia: “120 vestidos, 120 años de moda”. Este evento especial abrirá sus puertas al público el próximo 16 de abril en el prestigioso Centro Cultural Recoleta, donde podrá visitarse hasta el 4 de mayo.

Astesiano fue una casa de modas argentina fundada por Enrique y Ester Astesiano, que inicialmente se dedicaban a un taller de sombreros y luego comenzaron a importar saldos de colecciones europeas, con su atelier en Santa Fe y Esmeralda.
Astesiano fue una casa de modas argentina fundada por Enrique y Ester Astesiano, que inicialmente se dedicaban a un taller de sombreros y luego comenzaron a importar saldos de colecciones europeas, con su atelier en Santa Fe y Esmeralda.


Esta muestra excepcional invita a realizar un recorrido visual y conceptual por la rica trayectoria de la moda argentina, presentando 120 vestidos creados por 120 talentosos diseñadores. Cada pieza ha sido cuidadosamente seleccionada para representar diferentes épocas, estilos y movimientos culturales que han marcado la identidad del país.

Carola
En 1944, se inició el legado de Carola Florenza de Renieri con la apertura de su boutique "Carola" situada en Talcahuano 1188. A lo largo de casi dos décadas, hasta finales de la década de 1960, ocupó un destacado y distinguido espacio en el ámbito de la moda argentina. Su enfoque se centraba en la confección de elegantes trajes de noche y exquisitos vestidos de novia. Además , tuvo el honor de vestir a varias esposas de los Presidentes de la República Argentina, consolidando así su influencia en la escena de la moda y la sociedad de la época.
En 1944, se inició el legado de Carola Florenza de Renieri con la apertura de su boutique "Carola" situada en Talcahuano 1188. A lo largo de casi dos décadas, hasta finales de la década de 1960, ocupó un destacado y distinguido espacio en el ámbito de la moda argentina. Su enfoque se centraba en la confección de elegantes trajes de noche y exquisitos vestidos de novia. Además, tuvo el honor de vestir a varias esposas de los Presidentes de la República Argentina, consolidando así su influencia en la escena de la moda y la sociedad de la época.
Vanina inauguró su primera casa de modas en París, como consecuencia de haber crecido en el contexto de una familia de diplomáticos. La sede porteña de su casa de modas abrió sus puertas en 1939 desde un petit hotel en Arenales 1307. Entre sus dictámenes impuso el uso del tricot, las prendas de gamuza acicaladas con bordados de piedras y los vestidos de gasa con bieses en cuero. Su vestimenta cotidiana contrastaba con la austeridad de las sandalias franciscanas junto con el uso de collares a modo de cinturón y de brazaletes con esmeraldas en su antebrazo derecho.
Vanina de War inauguró su primera casa de modas en París, como consecuencia de haber crecido en el contexto de una familia de diplomáticos. La sede porteña de su casa de modas abrió sus puertas en 1939 desde un petit hotel en Arenales 1307. Entre sus dictámenes impuso el uso del tricot, las prendas de gamuza acicaladas con bordados de piedras y los vestidos de gasa con bieses en cuero. Su vestimenta cotidiana contrastaba con la austeridad de las sandalias franciscanas junto con el uso de collares a modo de cinturón y de brazaletes con esmeraldas en su antebrazo derecho.
A Mary Tapia (Tucumán, 1934–Buenos Aires, 2011) se la reconoce como emblema del “glam criollo” porque una de las señas particulares de sus prendas fue exhibir una audaz fusión de elementos del vestir europeo con textiles y recursos autóctonos según indica el informe de IDA, la fundación sin fines de lucro dedicada a la investigación, recuperación, conservación, difusión y puesta en valor del diseño nacional.

El ao po’i y el barracán de telares del norte argentino son algunas de las piezas más emblemáticas de Mary Tapia, identificada por su reversión única de la vestimenta agentina bajo el concepto de diseño de moda.
A Mary Tapia (Tucumán, 1934–Buenos Aires, 2011) se la reconoce como emblema del “glam criollo” porque una de las señas particulares de sus prendas fue exhibir una audaz fusión de elementos del vestir europeo con textiles y recursos autóctonos. El ao po’i y el barracán de telares del norte argentino son algunas de las piezas más emblemáticas de Mary Tapia, identificada por su reversión única de la vestimenta agentina bajo el concepto de diseño de moda.

La exposición pone en valor al vestido como un documento vivo de la cultura nacional, permitiendo explorar cómo la moda ha reflejado las transformaciones sociales, políticas y estéticas de Argentina a lo largo del tiempo.

Jacques Dorian
Paolo Bassegio, quien fuera un destacado diseñador de alta costura nacido en Venecia, optó por cambiar su nombre a un estilo más afrancesado cuando se estableció en Argentina en 1951. Este talentoso creador adoptó el nombre Jacques Dorian tanto para sí mismo como para su prestigiosa casa de moda, ubicada en la calle Marcelo Torcuato de Alvear.

En su icónico establecimiento, no sólo organizaba elegantes desfiles, sino que también ambientaba el espacio con los exquisitos perfumes de Dior y Carven. Además de sus contribuciones a la moda femenina, Jacques Dorian incursionó audazmente en el mundo de la moda masculina, introduciendo colores intensos que rompían con el tradicionalismo de la moda porteña.
Paolo Bassegio, quien fuera un destacado diseñador de alta costura nacido en Venecia, optó por cambiar su nombre a un estilo más afrancesado cuando se estableció en Argentina en 1951. Este talentoso creador adoptó el nombre Jacques Dorian tanto para sí mismo como para su prestigiosa casa de moda, ubicada en la calle Marcelo Torcuato de Alvear. Organizaba elegantes desfiles, y ambientaba el espacio con los exquisitos perfumes de Dior y Carven.


Entre las joyas que se exhibirán, se destacan creaciones emblemáticas de las grandes casas de costura nacionales, muchas de ellas provenientes de la valiosa Colección Histórica del Traje Argentino (ex Museo Nacional del Traje).

Fridl Loos
Diseñadora y artista austríaca formada en la Escuela de Arte de Viena que en 1925 trasladó su nombre de soltera, Fridl Steininger a una tienda desde la cual comercializó telas y vestidos que usaron Hedy Lamarr, Lana Turner y Helena Rubinstein. Al radicarse en la Argentina a comienzos de 1940 junto al arquitecto Walter Loos, contribuyó a venerar la estética folk y los textiles del NOA. Su primer trabajo en Buenos Aires fue en la sucursal argentina de la casa Drecoll, donde sus diseños cautivaron a la actriz Delia Garcés de Zavalía, quien se transformó en su clienta y promovió sus diseños en los films que dirigió Alberto de Zavalía.

Sus señas particulares remiten a la innovación en el uso de textiles: en un viaje por Salta y Jujuy, Loos descubrió las telas de barracanes y los ponchos a los que incorporó como materia prima para sus diseños que por entonces comercializaba también en las grandes tiendas de Nueva York.
Fridl Loos fue una iseñadora y artista austríaca formada en la Escuela de Arte de Viena que en 1925 trasladó su nombre de soltera, Fridl Steininger a una tienda desde la cual comercializó telas y vestidos que usaron Hedy Lamarr, Lana Turner y Helena Rubinstein. Al radicarse en la Argentina a comienzos de 1940 junto al arquitecto Walter Loos, contribuyó a venerar la estética folk y los textiles del NOA. Descubrió las telas de barracanes y los ponchos a los que incorporó como materia prima para sus diseños que por entonces comercializaba también en las grandes tiendas de Nueva York.
Medora Manero
Con una formación que incluyó estudios en Bellas Artes, música e interiorismo en Buenos Aires, esta diseñadora abrió su primer taller de moda en 1964 en una casa en Acassuso. Con el paso de los años, trasladó su negocio a una tienda en la Galería del Este y posteriormente a una casa y atelier en San Telmo.


Lo distintivo de su estilo eran las capas adornadas con cascabeles y un conjunto de tres o cuatro prendas que se complementaban entre sí. Su maestría en el uso de texturas le permitió crear composiciones geométricas sorprendentes.
Medora Manero. Con una formación que incluyó estudios en Bellas Artes, música e interiorismo en Buenos Aires, esta diseñadora abrió su primer taller de moda en 1964 en una casa en Acassuso. Con el paso de los años, trasladó su negocio a una tienda en la Galería del Este y posteriormente a una casa y atelier en San Telmo. Lo distintivo de su estilo eran las capas adornadas con cascabeles y un conjunto de tres o cuatro prendas que se complementaban entre sí. Su maestría en el uso de texturas le permitió crear composiciones geométricas sorprendentes.

"Estos vestidos son verdaderas joyas que han sobrevivido al paso del tiempo. A través de ellos se pueden interpretar los valores, aspiraciones y formas de vida de distintas épocas, y cómo reflejan la identidad nacional”, expresó con entusiasmo Silvina Vicente, curadora de la exposición.

en 1967 y en Buenos Aires, una mujer de 30 años llamada Rosa Bailón (que a diferencia de Quant llevaba el pelo negro largo y sin flequillo mod) abrió otra minúscula tienda en la Galería del Este y la llamó Mme. Frou Frou.

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Nació y creció en Ramos Mejía e ingresó a la moda luego de renunciar como secretaria de un estudio de abogados. En su formación no hubo registros formales de corte y confección. Por el contrario, sus conocimientos se forjaron mientras observaba a su madre cosiendo los delantales con los que se vestía para permanecer en el hogar y, se acentuaron luego de trabajar en la casa de modas Drecoll (y cuyo primer sueldo gastó en un par de zapatos stiletto). Por intuición, Bailón recaló en la Galería del Este, vecina del Instituto Di Tella. Desde el local 26, subida a plataformas con capellada de terciopelo azul y vestida con una falda 20 centímetros por arriba de las rodillas, diseñó un logo casero y pintó frescos de flores que en 1970 fueron reemplazados por escenas de estilo hippie chic pintados en blanco y negro por el artista Daniel Melgarejo.

Desde el pasillo de la galería, las prendas asomaban entre las ventanitas que quedaban entre los trazos de pantalones pata de elefante, los tocados y demás ornamentos. En el interior, las prendas colgaban de percheros que llegaban al techo, a la usanza de las tintorerías. Y situada en un lugar de privilegio, de una bandeja pasadiscos rodeada de vinilos comprados en la disquería El agujerito se escuchaba rock y soul. Entre sus grandes éxitos de la moda –etiquetados con cintas de seda celestes y rosas impresas con logo art noveau– se destaca la línea de camisas unisex con prints de estrellas o ceros. La autora las llamó Camisas Donovan, en homenaje al músico inglés y a su canción fashionista I love my shirt. Las camisas ingresaron a los placares de precursores del rock local –como Pappo, Javier Martínez y Litto Nebbia–, mientras que la modelo Liliana Caldini posaba con una para la campaña institucional del programa de televisión Sótano Beat.

El imaginario de Mme. Frou Frou contempló maxitapados de pelo de cabra teñidos en blanco, rojo y azul, y un hot ítem en versión corta llamado Bolero Mambo. En la misma jerarquía de excentricidades, ideó capelinas con prints de lunares y flores que llevaba con la gracia de Greta Garbo, de quien estudiaba los gestos e imitaba sus cejas depiladas.


Pero el estilo Mme. Frou Frou alcanzó su máxima sofisticación en vestidos con decenas de metros de percales, satén o chiffon rematados con volados y escotes pronunciados, provistos de delantales al tono que sublimaron el arte del almidonado. Respondían a los nombres acuñados por su creadora: Súper Bizcocho, Romance Oriental, Susurros. Retirada de la moda desde 1980, en 1998 me confesó que la suya era “moda de emergencia, porque los diseños dependían de mis necesidades, las películas que veía, los discos de los Beatles o de Janis Joplin que escuchaba. Jamás hice bocetos ya que armaba sobre mi cuerpo y, más que pensar en colecciones, a diario surgían nuevas prendas."

En el pequeño departamento de la calle San Martín que habitó hasta 1999 –rebosante de libros de moda y poesía y de sombreros en desuso– donde vivió los últimos años de su vida, los arcones cobijaban un peculiar museo de la moda formado por una colección de kimonos, capas de toreros, mantones de Manila, lencería de anticuarios de San Telmo, un vestido de la tienda londinense Biba, un traje de novia de 1930 de la casa de alta costura francesa Madame Carrau y, como si se tratara de encajes preciosistas, guardaba una remera rosa chicle y otra amarilla, con el slogan Punk rock impresos en el frente y los alfileres de gancho y los tajos de rigor correspondientes a esa estética. La tienda cerró en 1980. Ataviada con un kimono, la diseñadora continuó atendiendo a algunas clientas que visitaban su casa y le pedían vestidos a medida.
En 1967, Rosa Bailón abrió otra minúscula tienda en la Galería del Este y la llamó Mme. Frou Frou. Entre sus grandes éxitos de la moda –etiquetados con cintas de seda celestes y rosas impresas con logo art noveau– se destaca la línea de camisas unisex con prints de estrellas o ceros. Alcanzó su máxima sofisticación en vestidos con decenas de metros de percales, satén o chiffon rematados con volados y escotes pronunciados, provistos de delantales al tono que sublimaron el arte del almidonado.
Madame Saint Félix

La artífice de esta casa de modas fue María Epifanía Schiaffino de Saint Félix, descendiente de una familia italiana vinculada al mundo de la pintura. Su objetivo era interpretar la moda europea, especialmente los diseños de Jeanne Lanvin, Jean Patou y Elsa Schiaparelli, por encargo de la élite porteña en la década de 1930. Para 1940, la firma ya era reconocida y contaba con una clientela destacada que figuraba en la "Guía Social de Buenos Aires".

El taller empleaba a un centenar de costureras que no solo confeccionaban vestidos a medida, sino también modelos para el día, cócteles y abrigos. Emma Saint Félix, junto con su hermana María Elena, continuaron el legado de la casa de modas fundada por su madre vistiendo a las nietas de las primeras clientas. Emma lideró la casa de modas hasta el año 2005.
Madame Saint Félix. La artífice de esta casa de modas fue María Epifanía Schiaffino de Saint Félix, descendiente de una familia italiana vinculada al mundo de la pintura. Su objetivo era interpretar la moda europea, especialmente los diseños de Jeanne Lanvin, Jean Patou y Elsa Schiaparelli, por encargo de la élite porteña en la década de 1930. Para 1940, la firma ya era reconocida y contaba con una clientela destacada que figuraba en la "Guía Social de Buenos Aires". Emma Saint Félix, junto con su hermana María Elena, continuaron el legado de la casa de modas fundada por su madre vistiendo a las nietas de las primeras clientas. Emma lideró la casa de modas hasta el año 2005.

Pero “120 vestidos, 120 años de moda” es mucho más que una simple exhibición. Se presenta como un “ejercicio colectivo de rescate, documentación y valorización del patrimonio textil argentino”, evidenciando la crucial importancia de construir una memoria cultural en torno al vestir.

Otra de las creaciones que se pueden ver en la muestra en el Recoleta
Otra de las creaciones que se pueden ver en la muestra en el Recoleta

El recorrido trazado abarca desde los primeros guiños a la moda europea hasta la consolidación de una estética propia, incluyendo momentos clave de la historia nacional como la Guerra de Malvinas (1982), el retorno de la democracia (1983), el surgimiento del Instituto Di Tella, la Bienal de Arte Joven (1989) y la aparición del concepto de diseño de autor.

Casa de modas fundada en 1918 por Sarina Schwartz, la mayor de las cuatro hijas de un peletero rumano que se estableció en Argentina. Inicialmente, la tienda se ubicaba en la calle Arenales, posteriormente se trasladó a la Avenida Santa Fe. El taller estuvo bajo la dirección de Eva Schwartz, mientras que Enriqueta, cuyo nombre fue modificado a Henriette, con un toque más francés, se encargaba de atender y asesorar a las clientas, así como de recibir los encargos de ajuares para novias.

En la década de 1960, se unió a la empresa la hermana menor, conocida como Nona, quien revolucionó las tendencias en moda nupcial al introducir vestidos en tonos rosa o verde agua y adoptar morfologías inspiradas en el poncho.
Henriette, casa de modas fundada en 1918 por Sarina Schwartz, la mayor de las cuatro hijas de un peletero rumano que se estableció en Argentina. Inicialmente, la tienda se ubicaba en la calle Arenales, posteriormente se trasladó a la Avenida Santa Fe. En la década de 1960, se unió a la empresa la hermana menor, conocida como Nona, quien revolucionó las tendencias en moda nupcial al introducir vestidos en tonos rosa o verde agua y adoptar morfologías inspiradas en el poncho.


A través de la moda, se hace evidente la capacidad de reinvención de una industria creativa que en la actualidad busca fortalecerse, generar empleo de calidad y posicionarse como una expresión cultural fundamental del país. Los visitantes también podrán interactuar con un archivo digital que ofrece contexto sobre los cambios en la imagen de la moda argentina.

El diseñador de moda Jorge Ibañez ha sido una figura venerada por la escena del espectáculo argentino. Su camino lo llevó desde los estudios de medicina hasta la arquitectura, pero finalmente encontró su pasión en el diseño de moda, en particular, en la creación de prendas glamorosas para las divas de la televisión nacional durante las décadas de 1990 a 2010.

Desde una temprana edad demostró un fuerte interés por la moda, no sólo dibujaba bocetos con la precisión de un adulto sino que se interesaba por los nombres de las telas en los paseos con su madre por la Avenida Santa Fe. Consideraba que había que dejarse “inspirar por el contexto e imaginar infinitos modelos de mujer".

Además de su destacada carrera, también incursionó en el canto y el baile, y desempeñó el papel de comentarista y crítico de moda en las alfombras rojas locales. Uno de sus diseños más celebrados en sus primeros años fue un vestido de raso de seda natural en color violeta, conocido por su brillo y elegancia. Los destellos y fulgores fueron una de las características distintivas de su trabajo, que lo convirtieron en un icono en la industria de la moda argentina.
El diseñador de moda Jorge Ibañez ha sido una figura venerada por la escena del espectáculo argentino. Su camino lo llevó desde los estudios de medicina hasta la arquitectura, pero finalmente encontró su pasión en el diseño de moda, en particular, en la creación de prendas glamorosas para las divas de la televisión nacional durante las décadas de 1990 a 2010.

Además, se llevarán a cabo actividades especiales destinadas a reconocer el legado de diseñadores consagrados y dar visibilidad a las nuevas generaciones de talentos emergentes. En el marco de las celebraciones por el aniversario de la CAM, se realizará el lanzamiento oficial del Catálogo Nacional del Sector de la Moda. Esta herramienta estratégica mapeará diseñadores, marcas, productores, proveedores, instituciones educativas y medios especializados de toda Argentina.

Paco Jaumandreu (1919-1995), icónico diseñador de alta costura, se destacó como modisto de Eva Perón en sus primeros pasos como actriz y como vestuarista en la industria cinematográfica argentina. Jaumandreu basó su enfoque de diseño en la práctica de dibujar un vestido repetidamente hasta encontrar el modelo perfecto. Sus desfiles presentaron una mezcla de elementos de music-hall y una técnica de "action drawings", donde dibujaba en vivo en el escenario y creaba bocetos en cartulinas y exquisitos papeles.

En sus espectáculos, además de sus diseños, incorporaba bailarinas y cantantes, lo que elevaba la experiencia a una expresión artística completa. La categoría de moda como entretenimiento, promovida por Jaumandreu, se expandió a desfiles itinerantes que abarcaron diversas ciudades del país y de Latinoamérica. Su legado como modisto dibujante, su contribución al mundo de la moda y el entretenimiento siguen siendo recordados y celebrados hasta el día de hoy.
Paco Jaumandreu (1919-1995), icónico diseñador de alta costura, se destacó como modisto de Eva Perón en sus primeros pasos como actriz y como vestuarista en la industria cinematográfica argentina. Jaumandreu basó su enfoque de diseño en la práctica de dibujar un vestido repetidamente hasta encontrar el modelo perfecto. Sus desfiles presentaron una mezcla de elementos de music-hall y una técnica de "action drawings", donde dibujaba en vivo en el escenario y creaba bocetos en cartulinas y exquisitos papeles.

“Al asumir este cargo, me propuse destacar que, además de ser una expresión cultural, la moda es trabajo”, afirmó Francisco Ayala, presidente de la Cámara. El catálogo será de acceso público, estará en constante actualización y podrá consultarse a partir de abril en el sitio web oficial de la Cámara: www.camaraargentinadelamoda.com.

Manuel Lamarca fue un destacado diseñador argentino, cofundador de la carrera de Diseño de Indumentaria en la UBA, que dejó la pintura, la escenografía y el teatro por la moda. Su primer diseño fue un éxito en 1970, y en 2011 recibió el premio "Tijera Platino 2011 a la trayectoria".
Manuel Lamarca fue un destacado diseñador argentino, cofundador de la carrera de Diseño de Indumentaria en la UBA, que dejó la pintura, la escenografía y el teatro por la moda. Su primer diseño fue un éxito en 1970, y en 2011 recibió el premio "Tijera Platino 2011 a la trayectoria".


Como parte de esta gran fiesta de la moda argentina, se realizarán cuatro desfiles especiales los días martes 22 y miércoles 23 de abril en el Salón Tourf del Hipódromo de Palermo. Estos desfiles conmemorativos presentarán: un Desfile Federal con diseñadores de todo el país, una muestra de Nuevos Talentos, una Retrospectiva Histórica y una pasarela de Diseñadores Consagrados.

Maison Carrau
Fun­da­da en 1880, la ca­sa de moda poseía una tradición de elegancia porteña y prestigio aristocrático. Dirigida por Adèle Barbier de Renard - bisabuela materna de la artista textil Silvina Trigos Foussadier- quien llegó a la Argentina a finales del siglo XIX, contratada por la familia Pusterla, especializada en la importación de Porcelana Limoges y Cristales de Baccarat.

Luego de establecerse en Rosario, abrieron una tienda departamental en la calle Florida de la ciudad porteña. A su oferta de porcelanas y cristales de origen catalán decidieron sumarle moda, contratando a Adèle Barbier de Renard, quien viajó sola desde Francia para dirigir la casa. Inicialmente, Maison Carrau ofrecía una amplia gama de especialidades que incluía: peletería, sombreros, vestidos de noche, de baile y para novias.

Ela­bo­raban mo­de­los cu­yos di­se­ños se en­via­ban des­de fa­mo­sas ca­sas eu­ro­peas co­mo Worth, Cher­nit, Ca­llot Soeurs, Pa­quin o Dou­cet en la ro­pa y Re­boux, Es­ter Me­yer o Geor­get­te en som­bre­re­ría. Rebautizada luego, como "Maison Carrau Haute Couture" para darle un toque francés, cerró sus puertas en 1970. Entre sus destacadas clientas se encontraba la chilena Eugenia Errázuriz, referente en moda, así como la esposa del pintor Eduardo Sívori.
Maison Carrau. Fun­da­da en 1880, la ca­sa de moda poseía una tradición de elegancia porteña y prestigio aristocrático. Dirigida por Adèle Barbier de Renard - bisabuela materna de la artista textil Silvina Trigos Foussadier- quien llegó a la Argentina a finales del siglo XIX, contratada por la familia Pusterla, especializada en la importación de Porcelana Limoges y Cristales de Baccarat. Luego de establecerse en Rosario, abrieron una tienda departamental en la calle Florida de la ciudad porteña. Ofrecía una amplia gama de especialidades que incluía: peletería, sombreros, vestidos de noche, de baile y para novias.

La Cámara Argentina de la Moda invita a profesionales del sector, estudiantes, apasionados del diseño y al público en general a ser parte de esta celebración histórica que visibiliza, honra y proyecta el futuro de la moda argentina.

Marilú Bragance, una marca argentina de alta costura, surgió de la icónica muñeca Marilú, popular entre las niñas de clase media alta en Argentina entre 1930 y 1950, y posteriormente expandió su negocio a la moda femenina.
Marilú Bragance, una marca argentina de alta costura, surgió de la icónica muñeca Marilú, popular entre las niñas de clase media alta en Argentina entre 1930 y 1950, y posteriormente expandió su negocio a la moda femenina.

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