Tiene los pies bien puestos sobre la tierra. Hoy no lo enceguecen los flashes de la fama. Sabe perfectamente cuál es su tarea y, sobre todo, cuál es el foco. Mérito para alguien que pertenece a una industria que (pareciera) cada vez está más necesitada de show. Junto a su equipo, como llama a todos sus colaboradores, Matías Carbone entiende cuál es el esfuerzo del trabajo que necesita una empresa de moda de verdad. Aquí no hay estrellas fugaces que se encienden con fuerza pero que se apagan enseguida.

Sus estudios sobre moda fueron en la Universidad ABM (Asociación Biblioteca de Mujeres) en 1999. Su CV cuenta que trabajó para Paula Cahen d’Anvers y, luego, durante 10 años, fue el director creativo de Felix, su trabajo más largo y desde el cual creó un estilo deseado (y copiado, digamos todo) por el resto de las marcas de moda masculina del momento. Lo suyo es, además, crear estilos. La moda es acción y movimiento y dentro de esos calificativos entiende que siempre habrá un nuevo horizonte lleno de nuevos desafíos con una técnica nueva, un artesano nuevo, una tejedora nueva o un sastre nuevo que elevará el producto con un nuevo recurso. Hoy con su propia firma presenta, dos veces al año, su marca en ferias de la semana de la moda de París y tiene clientes en Japón, Corea del Sur, EEUU y Canadá entre otros. Jugar en esas ligas requiere un producto premium.

- Te da mucho placer y mucho orgullo contar que tenés y trabajas con un equipo atrás.

- ¡Totalmente!, porque hacer esto solo es imposible hacerlo.

El gran detallista

Siempre supo que para ser diseñador no alcanzaba con la escuela, con estudiar y aprender sobre moda y costura. Además hay que saber algunas cosas más para saber qué transmitir para mantenerse: “tenés que estar empapado un poco en todas las áreas”, dice con firmeza. “Hoy también soy un poco eso. Lo aprendí en la segunda parte de mi carrera. También estoy aprendiendo a delegar desde el día uno, cuando estaba con la primera persona que entró a trabajar conmigo. Trato de enseñar lo máximo que puedo”.

- ¿Te cuesta delegar?

- Cuesta pero es un deseo que tengo y practico todos los días, me encanta. Es un ejercicio diario. Una marca de ropa implica tomar decisiones todos los días, hay que redireccionar, hay que replantear situaciones y esas decisiones hay que compartirlas para aprender.

- ¿Quién es Matías Carbone?

- Antes de decirte que soy un diseñador de ropa te diría que, sobre todo, soy un gran trabajador. Hoy también soy un emprendedor. Soy un apasionado de trabajar con gente de la industria y la ropa me sirvió y me sirve como una excusa para dialogar con ellos en el lenguaje textil.

- ¿Conoces todo lo que pasa en la empresa?

- Sí, todo. Carbone es chiquita, recién tiene casi 4 años. Soy un gran detallista y hay muchos detalles en la moda que hacemos, entonces estoy atrás de esos detalles, de cómo se hace todo.

- La frase dice “el diablo está en los detalles”…

- Recién me decías ¿quién soy?, soy el diablo (risas). No, absolutamente no lo soy (más risas). Sí me gusta mucho la creatividad y a esta edad (pasó los 40) me doy cuenta que la creatividad está también en el negocio, no solo en el diseño, sino cómo sostener una marca, cómo hacerla hablar.

- ¿Qué es la moda?

- Para empezar es una manera de expresión y de expresarme. Creo que todos los que trabajamos en moda nos expresamos. Es también un diálogo con quienes interactuas cuando estás vestido, cuando tenés cierto look, cierta prenda, cierta tela, cierto brillo, cierto bordado. La ropa que hacemos tiene muchos recursos, mucha impronta, es muy vistosa, entonces también es innegable que tiene un diálogo y un impacto inmediato cuando te la pones.

En un mundo cada vez más globalizado donde ser famoso y ser visto es una marea de gente sin personalidad que pareciera no tocar fondo, la ropa de Carbone se destaca porque no es neutra, tiene personalidad. “No es una ropa que la compras porque tenes una urgencia como ir a trabajar por ejemplo. Nosotros hacemos una ropa de ocasión y creamos la ocasión (especial) a partir de la ropa”, dice con firmeza quien nos recibió una lluviosa mañana de verano de punta en blanco con el look insignia desde el primer día y que también es el look del momento: traje de saco y pantalón con el ruedo flair (el hit desde el primer día) color praliné.

- ¿Cómo definirías a Carbone, la marca?

- Libre, absolutamente muy libre. Nosotros desde que empezamos a crear cada prenda, cada colección, no hablamos de dinero, no hablamos de presupuesto, no hablamos de markup, no pensamos si lo van a entender o no. Esas son todas capas de información que nos inculcaron y hoy las ignoramos. Preguntas como ¿para quién es esto? ¿lo van a entender o no lo van a entender?, ¿es caro, es barato?, ¿es lindo, es feo?, ¿es moderno?. .. Tenemos una suerte de rebeldía hacia ciertas estructuras con las que veníamos luchando. Todavía estamos en una momento de construcción de marca donde necesitamos mucha libertad para poder realmente expresar algo distinto.

- ¿Para ser libre hay que ser rebelde?

- No sé si esa es la palabra pero hay un poco de rebeldía.  

- ¿Hay algo que los condicione?

- Nada, ni siquiera en pos de la calidad. Vamos por lo mejor que podemos conseguir.

- Dentro de esos parámetros, ¿tu moda es contemporánea?

- Es contemporánea en relación a una escala que tenemos. Tiene bastante actualidad porque trabajamos con artesanos que están cerca. También somos auténticos. La marca es un poco yo, es un poco Jimena y Maia, las diseñadoras, es un poco nuestro vendedor, es un poco la bordadora, es la tejedora.

- Y es Argentina

- Sobre todas las cosas. Pero sin caer en el cliché de lo tradicional ni en lo primero que viene a la cabeza que es el gaucho, el tango, la guarda Pampa… todos elementos que me encantan pero no soy yo.

- ¿Si hubieras nacido en el campo tendrías lo campestre como referencia?

- Nací en Lomas de Zamora, mi papá es un trabajador, un comerciante y mi mamá era ama de casa. No nací en el campo para que eso me condicione y, quizás, si hubiera nacido en el campo hubiese hecho algo totalmente distinto en rebeldía a eso.

- ¿Es difícil hacer la moda que pretendes en Argentina?

- Yo creo que es difícil si no lo sentís y si no tenés el equipo. La hice porque tuve el equipo a disposición, no quise una marca que me sea difícil hacerla. Aunque se ve difícil, compleja y con mucho trabajo, no lo es. Además para nosotros no es difícil pensarla ni hacerla. Nos sale fácil.

- ¿Hasta dónde queres llegar?

- Yo creo que los diseñadores no queremos que el sistema nos devore.

- Cuando nombras al sistema, ¿te referís al miedo de dejar de ser quien sos?

- Vengo de marcas de shopping, de marcas grandes, del Palermo que creció… A futuro me interesa seguir manteniendo lo artesanal, lo hecho a mano, que es algo que ya se transformó en una impronta y un logo, algo que nos motiva mucho.

La mirada de antes y la de hoy

La moda masculina en Argentina siempre tuvo muchos prejuicios. Hoy el cambio de paradigma tiene que ver con la llegada de las redes sociales y la libertad de las nuevas generaciones. La moda en masa dio un paso al costado para caminar a la par de nuevas propuestas más audaces y fuera del stablishment que requieren un denominador común: ser auténticos. Matías Carbone entiende que ese diferencial es su valor agregado y fue lo que provocó que el año pasado la prensa especializada lo nomine al Martin Fierro de la Moda y le otorgue el premio como Mejor Diseñador de Moda Masculina.

El cuartel general de Matías y su equipo es un coqueto departamento en la Avenida Alvear que le permite una cercanía con sus clientes de quienes aprende “un montón”. Ser una marca en Argentina requiere no solamente de talento, también debe estar bien hecha. Si se cae un botón porque estuvo mal cosido, puede reflejar que no hubo ganas. Y ese detalle, acá, no está permitido.

- ¿Cuál crees que es hoy el desafío de la moda?

- Ser auténtico. Y ese es un desafío que yo me planteé desde el día 1.

- ¿Qué importancia le das a la mirada externa?, sobre todo en un país donde la moda masculina es bastante tradicional y que cuando es distinta todos miran de reojo

- Vengo de trabajar en marcas masculinas donde parecía que el no era una buena palabra: no se puede hacer esto, no se puede hacer lo otro, que no puede ser femenina, que no se pueden usar ciertos colores… Hoy le doy el lugar que se merece, escucho mucho y observo. No juzgo.

- Hoy no le rendís cuentas a nadie del look que hacen.

- No.

- ¿Cómo es el mercado de la moda masculina en Argentina?

- Bastante chico. Afuera también lo es si me refiero a marcas que tengan un diferencial. Creo que por suerte acá hay lindos proyectos de moda masculina.

- Si viene un viento fuerte no te tumba, el foco siempre va a estar.

- Depende qué viento fuerte estemos hablando (risas). Si viene otra pandemia, yo creo que sí estaría un poco preocupado. Si hablamos de la mirada y la opinión del otro, no.

- ¿Cómo es hacer moda en Argentina?

- Yo no me quejo, soy muy optimista. Siempre digo que soy Matías Carbone optimismo y negación (risas).

- Si tuvieras que elegir entre fama y prestigio, ¿elegís alguna, ninguna, las dos?

- No pienso en la fama, no la busco.

- ¿Y el prestigio?

- ¿Qué sería el prestigio? ¿Quizás es un reconocimiento? En mi carrera tuve premios muy lindos de parte de jefes y también oportunidades de expresarme que considero premios. Hace poquito ganamos el Martín Fierro de la Moda como Mejor Diseñador de Moda Masculina. ¡Nos dio mucha alegría! Nuestros artesanos estaban muy contentos, nos llamaron y nos felicitaron, y ese reconocimiento me gustó más. Me gustó porque es algo lindo que pasó en el equipo y en la marca. Pero no lo tomo personal.

- Tu nombre, en este caso tu apellido es tu marca. ¿Qué te pasa con eso?

- Absolutamente nada. La marca tiene mi apellido porque me cansé de pensar y no encontrar un nombre para este proyecto. En un momento me dije “va a ser tan yo que le voy a poner mi nombre”. Pero no por el ego, simplemente le quise sacar fantasía, le quise sacar filtros. Tengo el ego puesto en la calidad y en sostener el producto.

- Tenés un perfil muy bajo en la industria. ¿Qué opinas de los divismos que hay hoy en la moda?

- ¡Me divierten un montón! Me encanta que haya personajes, me encanta que haya diseñadores que hablan más en redes o que tienen más notas, que también hacen show business y que tienen más televisión o más fama con famosos…

- ¿Te divierte el diseñador celebridad?

- Me divierte, me encanta y lo consumo.

- Con tantas celebridades en la primera fila de los desfiles, ¿a quiénes invitarías primero?

- A los periodistas, a los comunicadores, a los clientes y a los dueños de las tiendas que nos compran. Tiendas que sobreviven en diferentes lugares del país y que la luchan y no sé si son reconocidos. Afuera se los llama buyers, son los que van a sostener ese desfile y el de la temporada siguiente, son los que nos van a comprar. Acá está un poco corrido el foco, está pensado más para las celebrities, que no está mal, pero también tiene que estar la otra parte, tiene que estar el negocio.  

- Con las redes sociales también cambiaron las reglas…

- Totalmente. Es muy diferente a cuando empecé a trabajar. Antes si no estabas en un shopping no podías tener una marca. Hoy por suerte hay cierta versatilidad y democracia en proyectos que tienen más o menos contenido, más o menos estructura que los hace sostenerse.

- ¿Te interesa el mundo influencer? ¿Les creés?

- Depende. Todos influimos un poco en otras personas. Yo digo que hay un Carbone influencer que no soy yo. Por suerte ya hay uno en el aire en quien nos inspiramos y para quien diseñamos. Ese quizás es la primera influencia que nosotros tenemos.

- ¿Y en lo concreto?

- Nuestra experiencia no es con un influencer típico del mercado. Es con un actor, Franco Massini, que ya es un amigo de la casa y que llegó de manera natural. Franco llamó con la segunda colección y me dijo que le gustaba lo que estábamos haciendo, que necesitaba ciertos looks para algunos eventos en Argentina y que no encontraba una marca con la que se identificara. Tuvimos una reunión, le mostré la colección y empezamos a armar esa relación.

- Sucedió de manera natural…

- Tal cual. En Carbone todo sucede de manera natural y, para que sea sostenible, esa relación se tiene que dar de esa manera.

- Entre un famoso y un anónimo, ¿a quién preferís?

- Al que me entienda.

- Qué es más importante, ¿la ropa o quién la lleva puesta?

- Las dos cosas. La ropa no camina sola y la persona necesita de la ropa. Es un matrimonio lindo.

- La ropa es una tela sin alma colgada en un perchero. La ropa tiene alma cuando alguien se la pone…

- Nos pasa eso que decís. Para nosotros es muy importante la experiencia de prueba. La frase "¿porqué no te lo probas?" es fundamental. Nuestras prendas cambian cuando el cliente se las pone. Algunos no compran y agradecen la experiencia y muchos vuelven porque les quedó algo de esa nueva experiencia. ¡Que le haya quedado en la memoria es algo que me vuelve loco!

- ¿Qué no se puede comprar con la moda?

- La autenticidad. Iba a decir la seguridad, pero hay mucha gente que se siente más segura con la ropa y eso está muy bien también.

- Es muy lindo cuando la persona y la moda están bien expresadas, cuando alguien lleva puesta la ropa sin esfuerzo.  ¿Cuándo crees que ocurre eso?

- Cuando se ve simple. Eso es tan lindo como cuando dos personas se encuentran y son tal para cual. Y eso se nota.

- ¿Crees que en la moda está todo hecho?

- ¡Para nada! Hay prendas que se mantienen, otras que son parecidas y hay gemelos, pero la manera en que la comunicas, la manera en que las combinas y cómo se usa la convierte en otra prenda.

- ¿Quiénes son tus referentes en la moda?

- Tengo de diferentes épocas. (Yves) Saint Laurent siempre me gustó, más él como persona y toda su historia, no tanto la marca ni la ropa. Él siempre me emociona.

- ¿Te identificas con algo suyo?

- Una vez le preguntaron ¿cómo hace para que se vea todo tan simple? y respondió: "Si usted supiera lo difícil que es que se vea tan simple!. Se trabaja mucho para que (la ropa) se vea liviana y se vea contundente”. Esa respuesta es una gran referencia para mí.

- ¿Algún diseñador contemporáneo?

- Me gusta Jacquemus y su fenómeno. Le demostró a las grandes marcas que a los clientes hay que hablarles en primera persona y ahora están todas volviéndose locas por hablar directamente con el cliente, por tener una experiencia directa con ellos.

- Si pudieras elegir trabajar en una marca internacional, ¿en cuál te gustaría?

- Dries Van Noten, es otro a quien admiro mucho.

- Como diseñador, ¿sentís que estás en un aprendizaje constante?

- Siempre, siento que todavía no empecé.

- ¿Qué sentís cada vez que ves una colección terminada?

- Emoción.

- Si mirás para atrás, ¿qué ves?

- Mucho trabajo.

- ¿Y si mirás para adelante?

- Mucho trabajo (risas)

MODELO @pol_antonucci para @lomanagement

FOTOS @chrisbeliera

VÍDEO @rrociobustos

ESTILISMO @alegarcia360

MAQUILLAJE Y PEINADOS @luani.makeup para @sebastiancorreaestudio

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