Alberta Ferretti fue uno de los primeros shows en presentarse en la semana de la moda en Milán. Como en cada temporada desde 1981, la diseñadora deslumbra con sus propuestas llenas de tendencias y estilo.
Para esta colección, Ferretti decidió presentar una propuesta con menos diseño, pero con mayor calidad, reivindicando la artesanía de su casa y aumentando la vida de sus prendas para que perduren en el tiempo.
"Quería que fuera ropa para la mujer real. Quiero que quienes compran mi ropa se sientan bien con ella. Para ello, las proporciones y los materiales son clave", destacó la diseñadora.
Llena de glamour, la colección llena de texturas y color, no sólo basó en ese retorno a la ropa de gala, sino también en prendas reales. "Es ropa fácil y a la vez sofisticada. Es importante que en un momento como este las mujeres sean auténticas, pero con un toque de fantasía. Mi trabajo se orienta en esa dirección".
Los diseños hacen hincapié en destacar la silueta femenina, al estilo flapper de los años 20, com flecos, bordados y delicados volúmenes, recordando su maravillosa colección de 1993 que estuvo inspirada en el El Gran Gatsby.
La sastrería fue un punto fuerte en esta colección, siendo los pantalones su mayor exponente. Anchos, satreros y súper largos que combinaron con prendas tejidas y chaquetas de piel.
El metalizado dió el presente en este gran show aumentando el brillo propio de cada mujer.
La paleta de colores predominantes fueron los tonos oscuros que combinaron con los grandes destellos de los metálicos junto al color clave de la temporada: el violeta.
Como novedad, los cuellos se adornaron con lazos, mientras que las plumas (naturales o sintéticas) se adueñaron de puños y dobladillos.
Los sombreros decoraron los estilismos más sofisticados y definieron la silueta más chic.