Adrian Brown es un diseñador de Alta Costura de alma y dermatólogo de profesión. Nació en Dolores, provincia de Buenos Aires, siguió la medicina por mandato familiar pero su pasión por la moda siempre estuvo presente.
Adrián cuenta que hace moda desde que tengo uso de razón. A los 9 años ya le gustaba y observaba, cuando tenía la oportunidad de ver una prenda y/o de confeccionar algo le encantaba jugar con pedazos de género. Cuando su hermana cumplió 15 años diseñó su vestido y de ahí en adelante lo hacía para todos sus eventos.
“A los ocho años ya le ponía trapos a mi hermana y hacía vestidos para sus amigas. Mi profesión de médico apareció como recurso de inserción social. Entendí que para mi familia era importante y la carrera de diseño no estaba formalizada. Hace 40 años, tener más de una vocación se veía como el que no sabe lo que quiere. El médico (me recibí a los 23) me enseñó a estructurar: el pensamiento científico ordena la cabeza. Pero mi veta creativa, estética, me daba fluidez. Trabajando con mi psicoanalista, me di cuenta de que no tenía que optar, que podía lograr un ensamble entre el consultorio y el taller. Soy un médico que hace ropa”, contó Adrian Brown en una entrevista.
Mientras trabajaba como dermatólogo, haciendo su residencia en el Hospital Alemán y en el Argerich, hizo cursos en Donato Delego y con Elsa Serrano. Y aunque ejercía la medicina, nunca se resignó: también sería diseñador.
Y continuó: "La carrera de medicina la hice con gusto, es muy linda y la ejercí por años con mucho cariño, después comencé a orientarme más a lo estético, que es lo que hago hoy, dedicarme a la dermatología estética".
En el año 2009, arrancó su carrera en la moda con un mini desfile y hoy es un reconocido diseñador de Alta Costura buscado por las muchas celebs y las Primeras Damas.
Sus diseños tienen algo de clásicos y atemporales, y se caracterizan por llevar muchos colores y estampas impulsando la feminidad y la elegancia.
Siempre fiel a su estilo, en cada colección nos cuenta una historia inspirada en una mujer real, sofisticada y elegante, segura de sí misma.
En su atelier, Adrián trabaja con su mujer Victoria quién es su mano derecha y su musa que lo inspira en cada diseño. "Ella es una mujer absolutamente vinculada con la inocencia de su espíritu, la frescura, que no tiene edad, receptiva que disfruta de su rol de mujer, y esa es la mujer ideal para mí" confesó.