La pasarela de Alta Costura de París se llenó de lentejuelas, pedrería y colores metalizados que convirtieron las creaciones de Schiaparelli y Azzaro en una apuesta por la ostentación y el ambiente festivo.
Sus propuestas para el otoño-invierno 2021/2022 combinaron la sobriedad del negro y la luminosidad del blanco con el plateado y el dorado, que destacó en decorados de mangas y escotes, pero también en monos de lentejuelas y trajes.
Así se prepara la moda para salir de la pandemia, con la premonición de que la sociedad va a tener necesidad de festejos y de mucha ligereza para recuperar aquella antigua normalidad en la que el tacto y la celebración podían ser parte del día a día.
Schiaparelli retomó parte de las creaciones de su colección primaveral, presentada en enero a través de un video en redes. Recuperó por ejemplo las incrustaciones esculturales en las prendas, como el pecho, que reproducido en metal se convierte en una parte externa de la ropa, pero también el torso, como una armadura metalizada, o los dedos de los pies, que esculpidos en metal son los protagonistas de unas altísimas botas con plataforma.
La colección, bautizada como "El matador", reintegró además la estética del mundo taurino con chaquetas en tela vaquera y cargadas de bordados, pero también en blanco y negro o multicolor, y en una silueta más abombada y grande que el tradicional bolero de los toreros.
Una gigantesca rosa decoró un sencillo vestido negro a media pierna, mientras que el corsé se convirtió en el compañero perfecto de una llamativa falda con vuelo.
En Azzaro la excentricidad quedó en segundo plano, aunque no el llamamiento a la celebración.
Las líneas fueron fluidas y sofisticadas en prendas concebidas para la noche que juegan con los códigos de la Alta Costura, como la artesanía en los bordados y los tejidos embellecidos, pero en clave juvenil.
Minivestidos de cuero con pronunciados escotes en V y hombreras marcadas, vestidos grabados de pedrería que dejan una pierna al aire y otros decorados con transparencias y lentejuelas en escotes y mangas.
Azzaro introdujo además varios trajes masculinos, rectos y sin camisa por debajo, en telas de piel y también metalizados.