La firma Schiaparelli fue la encargada de abrir este lunes la pasarela de Alta Costura en París con una espectacular colección inspirada en lo celestial propuesta del estadounidense Daniel Roseberry.
La pasarela se celebró en la galería principal del Petit Palais, donde una luz blanca atravesaba los grandes ventanales del museo, lo que ayudó a sublevar ese espíritu divino que buscaba transmitir la marca.
“Después de dos años reflexionando sobre el surrealismo me encontré a mí mismo pensando en lo celestial. En el cielo como un lugar donde escapar del caos de nuestro planeta, entendido como la casa de sacerdotisas de la mitología”, explicó Roseyberry en una nota que recibieron los apenas 300 invitados que asistieron al desfile.
Se presentaron 23 estilismos, y allí Roseberry volvió a demostrar que es un digno legatario de la obra de la italiana Elsa Schiaparelli, figura imprescindible de la moda y el surrealismo de los años 1920 y 1930, movimiento que traspuso en sus creaciones de alta moda.
En solo blanco, negro y dorado, los volúmenes desafiaron las siluetas que se presentaban de manera arquitectónica.
La firma presentó además una serie de creaciones en oro de 24 kilates, que en esta ocasión fueron más allá de los accesorios para convertirse en corsés, guantes y hasta vestidos esculpidos con cristales de los años 30: el surrealismo celestial de Roseberry puso muy alto el listón de este inicio de la Alta Costura.