Esta temporada queda demostrado que las plumas no volverán a ser un antiguo elemento de moda. Al contrario, si hay algo que destacar de esta rentrée que tiene ya varias temporadas es que se volvieron democráticas: no tienen hora ni lugar ni prenda que se le resista.
Las plumas son el elemento suntuoso por excelencia y estuvieron siempre asociadas a la sofisticación y al lujo de una manera casi inalcanzable. Solo basta recordar algunas escenas de Dinastía, la serie de culto de los 80 donde la opulencia brillaba en cada vestido y en cada capítulo que supieron marcar tendencia en aquel momento y también para las inspiraciones futuras.
Más atrás en el tiempo también ¿quién no recuerda el glamour del Old Hollywood donde Marlene Dietrich, Mae West, Sza Sza Gabor y Shirley Mac Lane entre otras lucían vestidos con ruedos emplumados y boas eternas como accesorios?
En los 60 la bailarina y cantante francesa Zizi Jeanmaire fue vestida varias veces por su amigo personal Yves Saint Laurent quien la envolvía en lentejuelas y plumas con vestidos más cercanos a una cabaretera que a una bailarina. Fueron exitosos y la amistad entre ellos y el marido de esta, el coreógrafo Roland Petit, fue una constante inspiración para todos.
Desde los años 20, esa década de cambio en la moda, a la actualidad el camino recorrido es largo y no siempre muy venturoso. Hoy las plumas están de vuelta y las opciones para vestirlas son por demás alentadoras.
La moda avanza y se mueve, y en ese vaivén de idas y vueltas trae y pone como tenencias elementos que antes estuvieron sujetos a una determinada jerarquía. Esta vez las plumas llegan de una manera más relajada, casi sin reglas demasiado estrictas para su uso.
Las opciones para vestirlas, ya sea en detalles o piezas totalmente recubiertas, tienen en la actualidad un sentido más lúdico y hasta relajado. Podría decirse que compiten con las lentejuelas al momento de engalanar el guardarropa.
A veces es suficiente los puños emplumados de un saco, otras veces en el ruedo de un vestido, apenas un detalle en un suéter o invertir en una boa para usar como bufanda. Atrás quedó la imagen casi exclusiva de que las plumas pertenecen al carnaval o a la vedette estrella del teatro de revistas de la avenida Corrientes.
Las plumas son ese aderezo salvaje que viene a elevar la categoría de una prenda o cualquier accesorio.
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ESTILISMO @alegarcia360
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