No es usual que personas pertenecientes a un determinado período histórico tengan la clara y lúcida convicción colectiva de estar viviendo un punto de inflexión como sociedad y es, en este caso, a partir del acelerado avance de la tecnología que en el año 2020 -con la llegada de la pandemia- se afianzó.
A partir del confinamiento, la transformación digital se convirtió en una necesidad para sobrevivir. La virtualidad llegó para quedarse no sólo para las nuevas formas de relacionarnos sino también de trabajar, entretenerse, transportarse, educarse y consumir.
Tanto es así, que la inteligencia artificial -que de manera automatizada efectúa tareas que antes realizaban los seres humanos- y la realidad aumentada -tecnología que permite superponer elementos virtuales sobre nuestra visión de la realidad- que sólo tocábamos de oído, ya hoy es parte de nuestros hábitos: para hacer trámites con asistentes virtuales, optimizar procesos en comercios mediante softwares, jugar videojuegos, utilizar artefactos que disponen de internet, planear drones o utilizar motores de búsqueda, entre otros ejemplos.
El mundo de la publicidad ha sido uno de los primeros en adentrarse en este mundo para la promoción disruptiva de marcas -experiencias inmersivas, escaneos de información, acciones en RRSS- y su evolución ha llegado al punto de medir precisamente cómo los consumidores interactúan con sus propuestas.
Así podemos ver aplicaciones y filtros de instagram para probarse ropa y maquillaje antes de tomar una decisión de compra o interactuar con las marcas, la “moda inteligente” en lo que las prendas integran nanotecnologías o gadgets -lo que se llama “moda wearable”- para realizar funciones útiles para la vida cotidiana como, por ejemplo, monitorear la salud de las personas.
A partir del contexto actual, que no permite grandes conglomeraciones, el futuro de la moda y la belleza se están reinventando en la virtualidad: el vínculo de las marcas-clientes, las experiencias, las producciones y desfiles de moda que tanto se han visto limitados durante los últimos tiempos.
Sobre estas tendencias, conversamos con Pablo Gomez (alias pablo.computer ) “desarrollador y artista digital” -referente de la temática en Argentina- quien no pudo esperar al verse abrumado por estos cambios y que, desde sus pasiones -el arte digital y los videojuegos- satisfacer esas demandas combinando lo último de la publicidad y la moda, y se compromete a investigar y trabajar en pos de la contemporaneidad y la relación entre el hombre y la tecnología.
-Sobre la realidad aumentada, ¿qué alcance tiene hoy en día?
-La realidad aumentada que ya forma parte de nuestras vidas y la consumimos de forma regular, continúa creciendo a pasos agigantados. De hecho, hemos visto cómo en plena pandemia pudimos recorrer, sin fronteras y a través de la virtualidad, museos emblemáticos de distintos países. De la misma manera, este tipo de experiencias interactivas están siendo integradas poco a poco por todas las industrias tanto para conectar con su público como para promocionarse de una forma innovadora y corriendo los límites cada día.
El alcance de las tecnologías se incrementa exponencialmente cuando comienza a democratizarse, como lo fue internet en general. Así sucedió también con la RA que, desde que Instagram y Facebook lo incorporaron abriendo las puertas para su uso a todos los creadores del mundo como yo, hizo que los filtros se convirtieran en un boom.
Hay que considerar que son 1.2 Millones aproximadamente las personas que utilizan Filtros de Instagram a diario (Facebook Connect 2020) para imaginar su poder de visibilidad y el alcance que puede tener una marca al disponibilizar, por ejemplo, uno de estos.
Los mismos se viralizan cuando se trata de propuestas divertidas y no sólo se crean para empresas sino también como un elemento más del branding personal, usándose en formas de quiz, videojuegos, animaciones, looks y hasta para el e-commerce con probadores virtuales de ropa, maquillaje, óptica o para ver productos expuestos en tu casa.
Estos cambios se ven, especialmente reflejados en el mundo de la moda que hoy se encuentra atravesando una época súper vanguardista a causa del avance de la tecnología y el contexto actual.
-¿Por qué considerás que las marcas optan, cada vez más, por apostar a estas nuevas plataformas y formas de interactuar con sus clientes?
-Sabemos que durante el último tiempo, un significativo porcentaje de la población mundial se ha volcado a las redes sociales para suplir muchas de sus necesidades. Es así, como la publicidad se tuvo que aggiornar para interactuar con su público mediante nuevos entornos y lenguajes.
Además de poder acercarse al público de una forma interactiva, estas nuevas plataformas ofrecen alta visibilidad, hipersegmentación de usuarios y análisis específicos de performance a cambio de bajas inversiones.
En resumen, apuestan no sólo porque cada vez pasamos más tiempo en las RRSS siendo un lugar adecuado para encontrarnos sino también por las facilidades que estas ofrecen. Todo esto hace que muchos emprendedores no se queden afuera, se apalanquen y saquen provecho de este tipo de tecnologías de forma accesible.
-En relación a lo que mencionaste anteriormente sobre la moda, ¿cuál te parece que es el impacto de la tecnología en el mundo de la moda y cuáles son sus próximos desafíos?
-El desfile o la pieza física más sustentable es aquel que no es real. Es decir, la moda digital se preocupa por la ecología, ya que no solo contribuye en la optimización de procesos y su comercialización, sino también al crear muestrarios y presentar campañas 360°: proyección, diseños de colección, evento y promoción; en los que no se requieren recursos físicos o naturales para su desarrollo y hasta reduce la movilidad al disponer de la prueba previo a la compra sin moverte de tu casa.
Por otro lado, gracias a la tecnología, la libertad para la autoexpresión y creatividad se vuelve infinita tanto para el diseño de piezas como para su presentación conceptual.. Cabe aclarar que las prendas digitales se construyen sobre la base de plantillas reales y utilizando aplicaciones 3D profesionales para sastres. Por lo tanto, la ropa virtual también se puede producir en la realidad.
Se derribaron los obstáculos físicos tanto para asistir a un “fashion show” como para montar escenográficamente un proyecto alrededor de una colección y así lo hemos visto en las últimas “Semanas de la moda”. Modelos inexistentes, maniquíes con vida y prendas digitales toman protagonismo en los eventos, plataformas y redes sociales de las marcas.
De hecho, personalmente, los trabajos que más disfruto hacer son los que puedo combinar mundos y personajes fantásticos o futuristas que hasta desafían las leyes de la física. La programación, la invención tecnológica y el arte digital serán sin dudas grandes aliados para la vanguardia de estas industrias.
Fuente: Pablo Gómez (alias pablo.computer ) es desarrollador y artista digital y se lo puede encontrar en: Instagram @pablo.computer
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